SISTEMA RECUPERADOR DE BOTINES

Sin duda habrán reparado Uds. en que los que han metido la mano en la caja aprovechando su posición política y se han labrado, robando, chantajeando, prevaricando, etc. una fortuna escondida en paraísos fiscales, jamás devuelven un euro de su botín aunque pillados por la rueda de la justicia hayan sido condenados a unos años de cárcel, años que al final son bastantes menos que a los que fueron sentenciados. 
No siendo partidario ni de la idea, ni por tanto de los sistemas de tortura que utilizaban los reyes y la Inquisición para hacer que los sospechosos "confesaran" lo que los torturadores deseaban oír, sin embargo hay que reconocer que el método, era francamente eficaz acerca del objetivo perseguido que no era otro que el que confesasen lo que el torturador pretendía. Uno de los métodos que alcanzaba unos resultados espectaculares era la rueda, de la que había dos modalidades. Una de ellas consistía en poner un fuego en la parte baja de la misma y hacerla girar con el sospecho fijado a la misma de la manera que se indica en la imagen adjunta y así en cada vuelta se le hacía sentir un calor que a juzgar por los gritos del infrascrito debía ser bastante molesto. En la otra modalidad, se fijaban los pies amarrandolos en una parte fija, las manos sujetas a la rueda, que al hacerla girar lentamente provocaba el descoyuntado de las articulaciones entre grandes dolores. Ambos métodos eran realmente eficaces. 
Pues bien, a donde quería llegar es que a todos estos tipejos, ladrones de guante blanco, que salvo dos excepciones jamás, lo que se dice jamás, han devuelto ni un maravedí (por usar una unidad monetaria de la época) les aplicaba cualquiera de las dos modalidades, e incluso les dejaba elegir. El sistema - por no emplear esa palabra tan odiosa que es tortura -, seguiría aplicándose hasta que confesaran donde tenían escondidos sus botines así como la forma de recuperarlos. Quizá pueda parecer un sistema poco ortodoxo, poco democrático, poco civilizado, pero me temo que bajo el punto de vista del objetivo perseguido sería infalible y al final de eso se trata. De que se rían de su p.m. si les quedan ganas y no de los sufridos contribuyentes.

Nota: p.m. no es la abreviatura de post meridiem. Es otra cosa.