El
número de personas insensatas que pululan en la
humanidad,
independientemente de su su raza, edad y
sexo,es una constante
universal como lo es la velocidad de
la luz o el peso atómico del
azufre.
Estamos
asistiendo a un reverdecer de la pandemia provocada por el virus
covi-19 y ante la actitud de una serie de esos especímenes
cabe preguntarse ¿por qué hacen lo que hacen y ya saben a que me refiero ?. Pues puede ser
fruto de, la ignorancia, el egoísmo, la irresponsabilidad, los
hábitos de comportamiento muy arraigados, el mal entendido concepto
de la rebeldía (por favor, no prohíban tanto que no doy abasto a
desobedecer todo), el, a mi estas cosas no me pasan, sin pensar en
que pueden contagiar a los demás, la apelación al ejercicio de sus
derechos de ciudadanos a hacer lo que les venga en gana ignorando que
"tener derecho a hacer algo no es para nada igual a tener razón
para hacerlo". Es lamentable que las características del
virus impidan jugar a la ruleta rusa con el, porque las
acciones de ese grupo de impresentables tiene repercusiones sobre la
vida de los demás, lo que es una verdadera lástima. En definitiva
más vale que estos descerebrados entren en razón o les hagan entrar en ella, porque sino, esto
puede acabar mal, muy mal.
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