martes, 15 de junio de 2021

EL NEGOCIO DEL FÚTBOL

 

Desde que el fútbol comenzó a practicarse en Gran Bretaña de forma reglada entre equipos en 1.863, ha seguido hasta nuestros días una evolución que le ha llevado desde ser un deporte practicado por aficionados que hacían de él un juego "de bronce" hasta hoy en que se ha convertido en el deporte más popular del mundo.
Y esa evolución lo ha elevado a la categoría de lustroso negocio para muchas de aquellas personas que tienen algo que ver profesionalmente con ese juego. Pero negocio que no se ha contenido en unos límites económicos razonables sino que por el contrario su creciente popularidad le ha llevado a niveles que sin exageración podría tildarse como de obscenos. Por ejemplo en España los presupuestos anuales de los clubes de 1ª división ascienden a 3.000 millones de euros de los cuales 1.600 proceden de los derechos de televisión por la retrasmisión de los encuentros por este medio, y claro, alrededor de este deporte/negocio existen una serie de personajes que viven de él con una serie de ingresos escandalosa. Dirigentes federativos, entrenadores, managers, jugadores, directivos, prensa y un largo etcétera.
Pero quería fijar hoy la atención en un organismo español denominado "Liga Profesional de Fútbol",  LPF, cuya función principal es la de organizar junto con la Real Federación Española de Fútbol, la RFEF, la 1ª y 2ª divisiones del fútbol profesional español, pero contra todo pronóstico y como cosa curiosa cabe decir que como quiera que sus dos presidentes "no se llevan ", pues sus relaciones no son todo lo fluidas deseables.
Pero a lo que iba, al desmadre económico en que se ha convertido esta teta del fútbol de la que tantos viven de manera espléndida. En la LPF existirán a buen seguro empleados que (becarios aparte) tendrán un salario mínimo interprofesional, el llamado SMI, que es de 950 € mes con 14 mensualidades o lo que es lo mismo unos ingresos brutos anuales de 13.300 euros en tanto que su presidente está recibiendo la escandalosa cifra de 3,5 millones de euros brutos anuales, es decir ¡ 263 ! veces el salario del empleado peor pagado. Este ejemplo no es más que uno de los dislates en que se ha convertido, en el orden social, este negocio del fútbol que sobre todo en los últimos años se ha salido de madre.

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