Comprender y disfrutar es la misma cosa (Demócrito). Es una
pena que esta máxima de Demócrito no sea inculcada a los
estudiantes antes de ponerse a estudiar, ya en serio, una
carrera ya que en una proporción muy elevada su objetivo
inmediato es aprobar en los exámenes, pero lo de saber lo dan
por añadidura pero no deja de ser un objetivo secundario.
Es una pena porque siguiendo a la opinión de Demócrito
resulta que harían más placentera y útil su paso por las aulas.
Mi experiencia como estudiante de una carrera de 5 años más
uno de ingreso no es que sea muy válida toda vez que
simultaneé esos estudios con un trabajo con el que me ganaba
la vida, pero lo que veía a mi alrededor entre los compañeros
de curso con los que conectaba en los exámenes trimestrales y
finales era eso. Aprobar como objetivo prioritario. Por la razón
apuntada y porque en aquel entonces no
sabía de la existencia del citado griego bastante hacía con
sacar el curso adelante.
A partir de ahí, de acabar la carrera, sí que tuve que estudiar
para saber si quería abrirme paso en las empresas en las que
presté servicios y se puede decir sin faltar a la verdad que fué
después de jubilarme cuando conocí a Demócrito y empecé a
sacar gusto al estudiar para saber, sin que mediara en esa
intención interés económico alguno.
Ya de muy joven sentía una gran afición a las cosas de la mar y
a todo cuanto rodeaba a la misma por lo que antes de jubilarme
ya me había comprado un bote de 4,20 m. de eslora con motor
auxiliar de 4 CV. al que costaba dios y ayuda arrancarlo. Ese
fue mi primer bautizo de mar como navegante autónomo. Lo
tenía fondeado en Arketa (Laida) y de él disfruté hasta que
alguien tuvo la ocurrencia de llevárselo en una furgoneta con
destino a un pantano de la meseta para así, desde él, pegar
tiros a los patos.
Transcurrido un tiempo me puse a aprender a navegar a vela
no teniendo suerte con el monitor ya que era un "bandarra king
size" y bastante suerte tuve de no naufragar en una de sus
clases.
Pese a ello, mi moral salió robustecida hasta el punto de que
me embarqué en la aventura de iniciar estudios reglados sobre
la navegación deportiva y así en tres años cursé "Patrón de
embarcación de recreo", "Patrón de yate " y "Capitán de yate"
siendo examinado en la Escuela de Náutica de Portugalete y en
la Dirección General de la Marina Mercante en Madrid.
En el intermedio me hice con un velero de 7,80 m. de eslora
con el que sí, esta vez sí, aprendí a puro huevo a navegar a
vela. Pero esto de los estudios que se cursan por afición,
por vocación, son como las cerezas que se sacan de un cesto,
que se enredan sin querer y así como consecuencia de que en
"Capitán de yate" hay una asignatura que se titula "navegación
astronómica", me aficioné a la astronomía y realicé un curso de
sobre la misma y tan es así que llegué a dar conferencias sobre
ella... y ahí sigo, vocacionado a tope en el tema.
Este es el mensaje que quería transmitirles. Aprendan de
manera contínua, ya que además de mantener vivas sus
neuronas, disfrutarán y otra para acabar: que la edad
avanzada deje de ser un impedimento para hacerlo. Háganme
caso. Disfruten
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