jueves, 19 de enero de 2023

EL CLIENTELISMO

Creo recordar que fue Churchill quien dijo que "la democracia es el peor sistema de gobierno a excepción de todos los demás que se han inventado" y tan es así que el sistema, como el papel, aguanta lo que le pongan encima, como es el caso de considerar el "clientelismo" como una práctica legal.

Pero para ir ahondando en la materia,  recordemos que aun en las mejores democracias (caso de que exista alguna) se produce ese fenómeno descorazonador ya que en la práctica el clientelismo es una de las fórmulas mas elementales de corrupción política. Su mecanismo es tan sencillo como el de un botijo ya que trata de que los políticos en el poder concedan favores y prebendas en forma de concesiones administrativas, contratos, licencias, puestos de trabajo, ascensos, subidas salariales...gracias al control que ejercen en empresas, agencias, instituciones, fundaciones, consorcios.... en los que tienen participación pública, a aquellas personas - y de rebote a las personas allegadas a ellas -  que luego con sus votos les ayuden a mantenerse en el poder.

La cuestión (y aquí se entra ya de lleno en el terreno de la ilegalidad) es que la cosa va más lejos todavía y es que esos "favores " concedidos suelen tener en ocasiones un precio en forma de mordidas por los servicios prestados, mordidas que se hacen en, a veces, hasta concretarlas por escrito en contratos de adjudicación de obras o servicios como en el caso paradigmático del tristemente famoso suceso dado en Araba con, de Miguel. El destino en general de esos importes en ocasiones quedan en poder del "favorecedor", en ocasiones van a parar al Partido y en ocasiones existe un mix para el reparto. Pero como la impunidad que se deriva de la aplicación del sistema se agiganta, se viene a recurrir (aquí otra vez tengo que citar al personaje antes citado) a crear viniéndose arriba a titulo personal, empresas de consultoría fantasmas a través de las cuales se facturan los importes de las mordidas.

Esta forma de hacer política viene de muy lejos ya que en el Imperio Romano - y de eso hace ya más de 1.600 - años funcionaba como una máquina bien engrasada por lo cual, pese a su indecencia, tiene a su favor una acrisolada veteranía. 

Centrando el tema aquí, entre nosotros, la situación es de un clásico subido. La penetración del Gobierno Vasco de la mano del PNV en este capítulo es notable, vean sino, a título recordatorio algunas emblemáticas, de las más de 600 - si, 600 - empresas participadas, poco, mucho o todo. Osakidetza, Metro, Eusko Tren, Consorcio de Aguas, BEC, Puerto de Bilbao, SPRI, Ente Vasco de Energía, Parques Tecnológicos, TV, radio, prensa, orquestas sinfónicas, IHOBE, Cluster de automoción, Instituto Vasco, Agencia para la cooperación del desarrollo.....

Y eso es ahí, en esas 600 empresas donde el PNV tiene montado un formidable entramado de clientelismo que le hace prácticamente imbatible en las elecciones y como ejemplo lo tendremos en las próximas a celebrar en mayo en las que podrán observar a través de los resultados de las mismas que el sonado caso "deMiguel" como antes ocurrió con los casos de la OPE de Osakidetza o la gestión del vertedero de Zaldibar, Miñano, Hiriko, Epsilon, Alonsotegi, Balenciaga, Pagalday.... no supusieron un mayor desgaste en su  cota de poder y es que de eso se trata. 

Tres consideraciones se me ocurren acerca de este sistema que asimila el clientelismo sin empacho alguno. Una, que degrada la propia esencia de la democracia. Dos, que atenta gravemente la meritocracia ya que premia la docilidad, la mediocridad y la falta de independecia de juicio por encima del saber y el espiritu crítico y tres, como añadido menos importante que los anteriores pero también a considerar, el que el sumatorio de todas las mordidas que se producen a través de ese sistema corre a cargo de la ciudadanía.



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