martes, 31 de enero de 2023

EL LEHENDAKARI SALE A LA PALESTRA

Si el lehendakari Urkullu manifiesta, con su voz átona y con el grave gesto que le caracteriza, que "es absolutamente mentira que exista corrupción estructural en el PNV" y que su partido "ha sido exonerado", del caso de Miguel, situación que no ha podido producirse toda vez que tal cuestión ni aparece en el sumario ya que el PNV como partido no fue investigado, ¿quienes somos el resto de los mortales de este país para dudar de sus palabras aunque los hechos las contradigan?. Para creerlas a pies juntillas hace falta la fe del carbonero, cosa que no abunda en demasía, ya que el último episodio que ha salido a la palestra, esta vez en Araba denominado "caso de Miguel" y sus mariachis, habría que añadir, está apuntando justamente en la dirección contraria porque es necesario recordar - cuestión que Urkullu olvidó citar - que de Miguel, Otxandiano y Tellería fueron en su día estrechos colaboradores del entonces presidente del PNV en Araba. De modo que si durante años los citados personajes estuvieron delinquiendo tal como lo ha confirmado en sentencia condenatoria el Tribunal Supremo por los delitos de "tráfico de influencias, inducción o cooperación a la prevaricación, cohecho, malversación de caudales públicos, falsedad documental, asociación ilícita y blanqueo de capitales", ¿como entender que se pueda dar esa situación largamente sostenida a través del tiempo sin que su presidente se enterara de la trama urdida por esos personajes, insisto, estrechos colaboradores del mismo?

Pues eso. Lo que decía antes. Hace falta la fe del carbonero para aceptar como dogma las exculpaciones de nuestro lehendakari Urkullu al que no dar las gracias a la persona que denunció el tema - en este caso - de las fallidas mordidas, le ha traicionado el subconsciente.  

Habrá más casos y más exculpaciones, pero es de esperar que en esas ocasiones el lehendakari desarrolle una linea de defensa de la acrisolada virtud de su partido de manera más convincente que la que ha hecho en esta ocasión. Dificil empeño, pero bueno, por intentarlo que no quede, lehendakari.

 

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