La
intrascendencia de la que hacen gala algunas personas de esas que
aparecen en la llamada prensa del corazón, muchas de las cuales no
tienen otro mérito que ser hijos o hijas de fulanito de tal, produce
hasta urticaria. Ahora tenemos en el candelero a la hija de un par de
viejas glorias que está alimentando a esa prensa a la que me refería por
una cuestión tan baladí como el vestido de novia que va a lucir en su
boda, asunto que está apareciendo hasta en la prensa llamada seria un
dia si y otro también. Y por si fuera poca la polvareda que ese tema ha
levantado, resulta que hasta se pone en solfa el que el cocinero que
diseñará el menú para el banquete tras la boda sea el que lo realice,
toda vez que es pariente de alguna de las modistas que han declinado
realizar el vestido - con amenazas por medio de recurrir a los tribunales por parte de la novia que se ha sentido vejada por esa decisión - de la famosilla dada las exigencias de la misma.
Pues así son las cosas de este mundo de la farándula, pero esto no
acabará aquí ya que según dice el refrán "no hay situación mala que no
pueda convertirse en desesperada" y a ese estadio llegará esa
principesca pareja cuando sin tardar mucho se divorcien. Pero no seamos
impacientes, démosles un tiempo porque todo el mundo tiene derecho a
gozar de una oportunidad, hasta esta pareja de figurines.
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