" EL RUBIALES" SE ENROCA.

"El Rubiales" al que visto lo visto el apelativo de "El Tempranillo" le vendría hasta corto, ha confirmado públicamente a través de sus declaraciones, por si los hechos no bastaran, su condición de misógeno, y por si todo ello fuera poco, resulta que los asistentes a la Junta de la Federación española de la cosa corroboraron con calurosas ovaciones las  manifestaciones de su Presidente que ponian de manifiesto su zafio machismo, lo que dicho sea de paso habla muy poco, o nada, en favor de los mismos.
Por otro lado, el fútbol mueve ingentes cantidades de dinero y la aparición de los petrodólares en su ámbito ha reforzado tal aspecto y la experiencia muestra que allí donde hay dinero en abundancia la avaricia se desata (nada nuevo bajo el Sol ya que guste o no esa es la condición humana) hasta desembocar en corrupción y eso es lo que ha ocurrido en España en este tema. "El Rubiales" que todo lo que tiene de individuo reprobable - que es mucho - lo tiene de listo, ha tejido a su alrededor una tupida red clientelar a la que tiene cautiva merced a las prebendas que concede "a cuenta de la villa". Hay es nada tener en nómina a 9 vicepresidentes remunerados anualmente con 150.000 € por barba cada uno (y digo con barba porque obviamente dado el derrote del Presi son todos hombres) sin que se sepa ni bien ni mal que funciones desarrollan en esa Federación. Todos los presidentes de las autonomicas (y por ejemplo en la Vasca son uno por cada provincia) tienen asignados 100.000 € anuales que pueden gastar a discreción, es decir, o dedicarlos a la promoción del fútbol base o auto asignarselos como salario. Además de esos cabecillas de la "cosa" están todos los monaguillos que acompañan a sus jefes a los que de una u otra forma les llega la "mamandurria, expresión acuñada por "La Espe" y que refleja mejor que un sesudo estudio sociológico lo que está ocurriendo en el fútbol español. Y ese estado de cosas que empezó de la mano del boom del futbol profesional con Pablo Porta en 1.975 y siguió con gure Villar, ha alcanzado su cénit con el canario El Rubiales, que también es casualidad (o quizá no) que su nacimiento tuviera lugar en una zona en la que sus habitantes tienen el nombre de un pájaro canoro.
Pues con ese panorama de corrupción, el pájaro "El Rubiales", sostenido por ese interesado entramado que ha montado, se ha venido arriba y al igual que por los estadios que pasa una persona que llega al estado de embriaguez que son, recordémoslos, "exaltación de la amistad, cantos regionales, invectivas contra el clero, para culminar en negación de la evidencia" ha llegado a ese último estado, cegado, no por el alcohol, sino por soberbia y temor a perder el grado de poder que ha logrado alcanzar con todo lo que ello conlleva, sin tener en cuenta que por encima de los cardenales está el Papa (lease el Gobierno) que le pondra en su sitio, es decir, en la rue, que dicen los gabachos, aunque, eso si, no con una mano por delante y otra por detras, porque burla burlando en el ínterin se ha embolsado un montón de dinero.
Como moraleja se puede concluir esta historia del futbol patrio con la expresión que utiizó el que fue Presidente del Congreso de Diputados por el 1.800 y pico, el conde de Romanones, refiriéndose a los diputados que presidía, "joder que tropa".