MINISTERIO DE INDUSTRIA

Al máximo responsable del mismo se le puede tildar de desinformado y chapucero sin que exista posibilidad alguna de error. No venía precedido de buena fama como gestor desde su Canarias natal y luego los hechos han venido confirmando esa idea. La metedura de pata que tuvo pretendiendo, además, corregir al Presidente de Canarias Paulino Rivero a la voz de "por Dios, que alguien le diga a Paulino que el meridiano de Greenwich pasa por Canarias", fue clamorosa, máxime viniendo de un canario, pero después ha tenido varias por alguna de las cuales su departamento tiene encima una buena serie de querellas, la última de las cuales no tiene desperdicio. 

Hay dos formas de acertar en el centro de la diana cuando se juega a los dardos. Una es tener una buena puntería y otra consiste, cuando no se tiene, en lanzar el dardo a un tablero en blanco, para después pintar una diana que tenga su centro en el dardo clavado. El sistema es infalible. Es eso lo que ha hecho el titular de ese Ministerio en su particular batalla contra las energías renovables. Tenía que penalizarlas con 3.000 millones de euros, si o si, - por mor de intenciones un tanto oscuras -y para ello se dispuso a vestir el muñeco contratando los servicios de dos prestigiosas consultoras extranjeras, que le salieron ranas toda vez que tiraron la esponja no plegándose a las exigencias de las hechuras del vestido a utilizar. No le quedó entonces otro remedio que utilizar los argumentos de los técnicos de su área para justificar su decisión. Y es contra ella a la que va dirigida la querella que les ha interpuesto la Plataforma por un Nuevo modelo Energético y la Fundación Renovables, bajo la acusación de prevaricación y malversación de fondos públicos al diseñar y aprobar la orden ministerial que recortó la retribución a las renovables por el importe citado de 3.000 millones de euros. Veremos como sale del racimo de querellas que tiene en marcha por su particular forma de entender la administración.