lunes, 26 de diciembre de 2016

MINISTROS DE 2ª B

No se qué criterios emplean en otros países para nombrar ministros, pero aquí parece fuera de toda duda que son exclusivamente de tipo político, no importando para nada la preparación y capacidad del titular para el puesto en el que son colocados con el dedo de un  nivel que casi alcanza  la divinidad. Si se busca fidelidad y afinidad política al "nombrador", pues esas características las tiene aseguradas por aquello de que "el que se mueve no sale en la foto". No parece importar al "nombrador" cualquier consideración más allá de la seguridad de que no le moverán el sillón y así la eficacia de los titulares queda relegada a un lugar próximo a la línea del horizonte. Sin necesidad de ir más lejos, en la pasado legislatura encontramos ejemplos sangrantes entre los nombrados que avalan esta idea. Ministros y ministras que en una empresa privada no pasarían de oficiales de 2ª.
Así el de Industria que no ha pisado una fábrica en su vida, no distingue las unidades de potencia y de energía, tienen un idea sobre Greenwich como la podría tener Marco Polo, de geografía suspenso absoluto porque no sabe ni papa, Ministra a la que meten de matute un Jaguar (marca de automóvil) en el garaje y no se entera, otra ilustre que toma como consejera áulica a la Virgen del Rocío, otro que se dedica a espiar - con poca gracia además porque le pillan  - a políticos catalanes, otro que ha diseñado un Plan de Educación nacional que ha durado lo que el paso de un cometa, no obstante lo cual ha sido premiado con un retiro dorado en París, otro más, que la huella que ha dejado de su paso por el Ministerio ha sido la frase " Marca España"y como broche de oro, esa Presidenta del Partido Afanante que pasará a la posteridad por ese concepto tan nuestro, tan castizo, de la idea de "diferido". Dejamos a un lado al "nombrador" por ser un objetivo demasiado fácil. Hacer sangre con el sería faltar a la caridad. Así que dejémoslo.

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