sábado, 11 de febrero de 2017

POLIS BUENOS, POLIS MALOS

A las cosas de la industria nuclear española hay que echarles comida aparte, porque se mueven en unos terrenos, tan perfectamente oscuros, que uno no sale de un susto y otro le está esperando a la vuelta de la esquina.
Fíjense, por favor, que cosas. Nuclenor, propietaria de la tan citada planta nuclear de Garoña, permaneció inactiva en el 2.013. Cualquier mortal en su sano juicio pensaría que a poco que la planta hubiera estado mantenida y vigilada, los resultados del ejercicio, por lógica, deberían haber sido negativos. Pues no. cantaron unos beneficios de 22 millones de euros. ¿Pero, cómo es eso?. La explicación es que su origen se encuentra en lo que llaman "créditos fiscales", vamos, lo que se denomina "ingeniería financiera", esa técnica que está tan cerca de los poderosos como alejada del resto de los mortales.
Item más. Nuclenor ha venido obteniendo unos beneficios del orden de 150 millones de euros al año en tanto ha estado operativa.
Cuando el CSN hacía que hacía y proclamaba que para poner a punto la central la propiedad tenía que invertir unos 200 millones de euros, esta ponía el grito en el cielo manifestando que tal importe hacía inviable su continuidad. Fíjense la cara dura que derrochan. Ganan al año 150 mill. por lo que el importe de la inversión lo recuperarían en 16 meses. Moraleja, por si no estuviera suficientemente claro, mienten como cosacos.
Siguiendo con los item. Nuclenor ha infiltrado a la prensa afín que Endesa e Iberdrola no se ponen de acuerdo acerca de la continuidad de la central. Los unos apuestan por lo nuclear (polis malos) y los otros por las energías renovable (polis buenos). Vamos señores, a otro perro con ese hueso. ¿Desde cuando sacan a la luz sus discrepancias estratégicas los poderosos?. La maniobra de distracción es clara y en línea con lo que apuntábamos hace un par de fechas. 
El bocado, el gran pelotazo, que supone la ampliación de la vida de las centrales (2,17 billones de las viejas pesetas), es tan jugoso, que bien merece la pena echarnos ese hueso de la no reapertura de Garoña aduciendo  ¡insalvables diferencias estratégicas ! (que eso, salvo error mayúsculo es lo que dirán) entre los copropietarios. En definitiva nos siguen haciendo mirar el dedo que apunta a la Luna, para que no la veamos, naturalmente todo ello con las licencias y parabienes de este gobierno que nos ha tocado en suerte (mala por cierto).

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