En estos primeros compases de la temporada del Athletic no aprecio en Valverde un gran entusiasmo por la búsqueda de soluciones rompedoras que intenten solucionar ese mal que nos aqueja desde la retirada de Aduriz, que no es otro que la incapacidad goleadora de los que juegan como delanteros, porque de las habilidades del resto del equipo a ese respecto está dicho todo. Incluso me llama la atención que siga manteniendo dudas acerca de la utilización de Iñaki Willians como delantero centro cuando hasta el menos despejado de los que siguen al equipo conocen la respuesta desde hace años. Y si por otra parte resulta que el nuevo entrenador espera que Raul Garcia como delantero centro sea la solución de nuestros males, pues apaga y vámonos. De verdad que los entrenadores han hecho del fútbol - y bien que les va con ello - una especie de aula de mecánica cuántica cuando sus fundamentos son más simples que el mecanismo de un botijo ya que se trata simplemente con meter el balón en la portería contraria e impedir que lo hagan en la tuya. Mr. Petland, al que el tiempo lo ha convertido en un avanzado del tema, ya avanzó las esencias de este deporte cuando dijo que la cosa era en esencia "corre corre y chuta chuta".
En lo que parece que presentamos un frente innovador es - una vez demostrado que se puede sobrevivir sin un Director deportivo o técnico o como quiera que se llame, como ha sido en el caso del Athlétic en los últimos 4 años - en demorar "sine die" la contratación de un figura que acabaría siendo una especie de caro jarrón chino.
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