viernes, 14 de noviembre de 2014



LA MINERÍA BIZKAINA. Entrega 2ª



DESARROLLO DE LA  ACTIVIDAD

 Entre los años 1.868 y 1.873 se produjo la organización planificada y sistemática de nuestra minería, si bien la III Guerra Carlista que tuvo lugar entre 1.872 y 1.876, ralentizó el proceso de explotación que cobró fuerza a partir de la finalización de la contienda. En ese año comenzaron de manera potente las exportaciones de mineral, que alcanzaron su cota máxima en el 1.899, año en el que salieron rumbo a Europa 6,5 millones de Tm.
 Empresas  mineras extranjeras, conocedoras del potencial de los yacimientos bizkainos, hicieron su aparición por estos lares  y varias de ellas fueron participadas  por empresas siderúrgicas europeas, que de esa manera se garantizaban precios y servicio en condiciones óptimas. Pese al tiempo transcurrido desde entonces, los nombres de Bilbao River, Orconera Iron Ore, Franco-Belga, Luchana Mining, MacLennan,...siguen evocando recuerdos.
 Además de este nutrido grupo de empresas foráneas otras empresas locales se sumaron a las citadas, tales como, Martínez Rivas, Cia Somorrostro, Echevarrieta, Gandarias, Chávarri Hnos. , Lezama Leguizamón, Ibarra Hnos. , Alonso Allende...algunas de las cuales eran además partícipes en empresas extranjeras.


TIPOS Y CARACTERÍSTICAS DE LOS MINERALES EXTRAIDOS

 Las clases de mineral que se obtenían eran las siguientes:
 Vena, hematites roja pura, (Fe2 O3), el más puro de todos ellos y que se utilizaba principalmente en las ferrerías por su fácil extracción, su alta ley, que iba del 56 al 58%, porque fusionaba muy fácilmente y era además mucha su reductibilidad.

- Campanil, hematites roja, fácilmente fusible al igual que los restantes tipos de mineral e igualmente de mucha reductiblidad. Su ley estaba comprendida entre el 52 y 57%.
Rubio, hematites parda, óxido férrico hidratado (Fe2O3H2O), con un 52 al 55% de ley, fue el mineral más abundante y el más popular en el mercado. De reductibilidad óptima.
Carbonatos. (CO3Fe ). Este mineral formaban parte de los estratos inferiores de los criaderos y eran calcinados en hornos para aumentar su ley. Esta estaba comprendida entre el 42 y el 45%. Los campaniles y rubios eran llevados directamente hasta los sistemas de transporte que los conduciría hasta el embarque, en tanto que los menudos de rubio mezclados con arcilla – llamados chirtas – eran previamente lavados en los tambores, (trommel en el argot minero) y seleccionados posteriormente antes de embarcarlos. Los carbonatos que en principio eran desechados en escombreras, fueron recuperados en la medida que los minerales de ley más alta empezaron a escasear. El procedimiento consistía, como veremos más adelante, en mezclar  en los hornos de reducción, carbón y mineral en capas sucesivas. Este procedimiento conseguía mejorar la ley en unos 10 puntos porcentuales, con lo que además de obtener un producto de mayor calidad para los altos hornos, se abarataba el coste de los fletes.



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