viernes, 7 de agosto de 2015



2ª parte de JUAN SEBASTIÁN ELCANO

    (Más arriba imagen del estrecho de Magallanes)


Toda esa parte final visible de la cordillera de las Andes en la que se encuentra este estrecho, denominada Tierra del Fuego por las hogueras que veían los tripulantes de la expedición, encendidas por los habitantes de la zona, era una zona plagada de glaciares que al desaparecer por el calentamiento de la atmósfera ha dejado tallados gran cantidad de fiordos - como puede apreciarse en la imagen - que en la zona les llaman senos. Encontrar una salida al Pacífico exigió tener que explorar con resultado negativo una buena cantidad de ellos, lo que explica que por esa razón y por las recaladas que tuvieron que hacer para resguardarse de temporales, tardaran 37 días en atravesarlo, es decir navegaron una media efectiva de 15 km. diarios. La época en que hicieron esa travesía, octubre, es en el hemisferio austral primavera y por tanto el arco diurno es 13 horas aprox. de modo que con una velocidad sostenida de 4 nudos deberían haber empleado en la travesía del orden de 6 días. De ahí que los ánimos de las tripulaciones estuvieran más que caldeados. Por un lado por la incertidumbre de no saber si en aquella zona había realmente un paso hacia el otro océano, por otro porque las provisiones escaseaban y como no, por los acontecimientos habidos con anterioridad. Los últimos días eran por ello cruciales hasta el punto de que fueron tildados de "última esperanza", término que curiosamente es el nombre oficial que tiene hoy la provincia chilena en esa zona.
Así que la travesía que comenzó a la entrada por el este del estrecho en el cabo de las Once Mil Vírgenes el 21 de octubre, finalizó por el oeste el 27 de noviembre en cabo Deseado el 27 de noviembre. 
El paisaje por donde discurre el estrecho, habrá variado poco después de los casi 500 años transcurridos desde aquel entonces, si acaso hoy con bastantes menos glaciares, pero sigue siendo sobrecogedor. La sensación que produce su contemplación es que el mundo, al principio, tuvo que ser así.
Las condiciones climatológicas de la zona son particularmente duras por la proximidad del continente antártico, por las frecuentes y copiosas lluvias y por los fuertes vientos que reinan dada su condición de bisagra entre los dos océanos, vientos que hacen que la sensación térmica sea todavía más dura. La temperatura media del año oscila entre los 5 y 7º C.
Navegar en esas condiciones, mal pertrechados, hambrientos, desesperanzados y con naos de velas cuadras por aquellas angosturas, tuvo que ser realmente dramático. Estos hombres estaban hechos de otra pasta aunque la naturaleza, sabia y avara con sus energías, finalmente se cobraba factura en forma de muertes prematuras. Elcano, fallecido a los 39 años, es un buen ejemplo de ello.

(Continuará)





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