jueves, 13 de agosto de 2015

LA COMPETITIVIDAD Y LOS SALARIOS

De manera interesada y como un mantra, se está proclamando por medio sobre todo de las centrales de empresarios, que son los altos salarios de la mano de obra los que hacen que la competitividad de España como país sea muy baja. Y esa es una verdad a medias y como ocurre en este tipo de verdades, resulta la mentira más finamente elaborada. La competitividad de una empresa, no solo depende del coste de la mano de obra - que también - sino de otros factores que corresponden exclusivamente al empresario y a los que curiosamente estos, salvo en contadas ocasiones, nunca hacen referencia. Me refiero a cuestiones tan importantes como equipamiento, sistemas organizativos, planes de motivación y formación de la plantilla, dotación de I+D+i, emplazamiento de las instalaciones, evolución de su gama de productos, redes comerciales, etc. etc.

Pero constantemente pese a esa evidencia, las patronales siguen erre que erre machacando ese hierro en un intento de deformarlo a su gusto, ligando, identificando mejor, la competitividad con los salarios. Imagínense, a título de ejemplo, que a un operario al que le han convencido de que el futuro de la empresa depende de que gane muy poco -eso que se llama moderación salarial - le pagan al mes 100 euros y le ponen a fabricar relojes, aunque sean tan elementales como los de cucu, con unas herramientas tan sofisticadas como un martillo y un destornillador y que además la fábrica esta situada en la Antártida. El resultado, obviamente, sería que pese a tener un salario muy bajo, la competitividad de esa planta de fabricación sería paupérrima, lo que no impediría a una cierta clase de empresarios muy extendida, seguir proclamando que con ese tipos de salarios no se podía llegar a buen puerto. De modo y manera, señores empresarios, que menos lobos.
                                                                                                 

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