sábado, 29 de agosto de 2015

LAS BOMBAS ATÓMICAS DE TRUMAN

Mi buen amigo Alfonso me facilita -como el dice - munición para que me meta en todos los charcos que me va señalando. No siempre le hago caso, ya que la vida es corta, pero este que me envía sobre el que fue Presidente de EEUU. Truman, como quiera que me ha llamado la atención le he dedicado un tiempo.
El suelto que me envía es un panegírico a la figura de ese presidente y aunque en el se glosan aspectos de su vida como jubilado tras su paso por la política realmente loables,- sobre todo comparándolos con los ejemplos que a diario nos ofrecen nuestros políticos, jubilados o no -, su decisión de emplear por primera vez en la historia bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, que produjeron entre la población civil japonesa 246.000 muertos, arroja bajo mi punto de vista un gran borrón sobre su trayectoria, trayectoria que ahora parece que quieren glorificar las plañideras de turno. 
El suelto que me envía Alfonso es el siguiente:
"HARRY S.TRUMAN, nombrado Presidente de EEUU a la muerte de Roosvelt, el 12 de abril de 1.945, fue una clase diferente como presidente. Probablemente tomó tantas o más decisiones en relación con la historia de USA como las que tomaron los 42 presidentes que le precedieron. Una medida de su grandeza puede que permanezca para siempre: se trata de lo que hizo después de dejar la Casa Blanca.
La única propiedad que tenía cuando falleció era la casa en la cual vivía, que se hallaba en la localidad de Independence, Missouri. Su esposa la había heredado de sus padres y, aparte de los años que pasaron en la Casa Blanca , fue donde vivieron durante toda la vida.
Cuando se retiró de la vida oficial en 1952, todos sus ingresos consistían en una pensión del Ejército de  $13.507 al año.  Al enterarse el Congreso de que se pagaba sus sellos de correo, le otorgó un complemento y, más tarde, una pensión retroactiva de  $25,000 por año. Después de la toma de posesión del Presidente Eisenhower, Truman y su esposa regresaron a su hogar en Missouri conduciendo su propio coche... sin ninguna compañía del Servicio Secreto.
Cuando le ofrecían puestos corporativos con grandes salarios, los rechazaba diciendo:  "Ustedes no me quieren a mí, lo que quieren es la figura del Presidente y esa no me pertenece. Le pertenece al pueblo norteamericano y no está en venta..."

Aún después, cuando el 6 de Mayo de 1971 el Congreso estaba preparándose para otorgarle la Medalla de Honor en su 87 cumpleaños, rehusó aceptarla, escribiéndoles:  "No considero que haya hecho nada para merecer ese reconocimiento, ya venga del Congreso o de cualquier otro sitio." Como  Presidente se pagó todos los gastos de viaje y la comida con su propio dinero. Este hombre singular escribió: "Mis vocaciones en la vida siempre fueron ser pianista de una casa de putas o ser político. Y para decir la verdad, no existe gran diferencia entre las dos"
(Me permito añadir a este último comentario, que de existir una diferencia entre ambas ocupaciones está muy claro a favor de que opción, por más ética, debería haberse decantado).
Sin duda abrumado por las consecuencias que su decisión produjo, se vio en la necesidad de justificar la misma con comentarios como el que sigue en cursiva. 
"Nadie está más perturbado por el uso de las bombas atómicas de lo que estoy yo, pero,después de haber encontrado la bomba la hemos usado. La hemos utilizado en contra de aquellos que nos atacaron sin aviso en Pearl Harbor, en contra de los que han matado de hambre , golpeado y ejecutado a prisioneros de guerra estadounidenses, contra aquellos que han abandonado toda pretensión de obedecer las leyes internacionales de la guerra. La hemos utilizado con el fin de acortar la agonía de la guerra, con el fin de salvar la vida de miles y miles de jóvenes norteamericanos".
Más adelante amplió esta justificación indicando que las dos ciudades citadas eran importantes focos de industria bélica, cosa que en absoluto era cierta y en todo caso de haber sido así, habrían estado localizadas en la periferia de las mismas y las bombas fueron arrojadas teniendo como blanco los centros de las dos ciudades.
Han trascurrido desde entonces 70 años -exactamente cumplidos el 6 y 9 de agosto - y cada vez toma más fuerza entre los historiadores, el que además de un deseo de venganza por la afrenta que supuso para EEUU. el ataque a Pearl Harbor, los lanzamiento y sus terribles consecuencias, fueron un aviso a la extinta URSS como demostración del poderío bélico norteaméricano, toda vez que estos veían ya claramente que el enemigo a batir en un futuro eran los soviéticos.







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