jueves, 7 de julio de 2016

FALTAN EMPRENDEDORES



Varios afamados empresarios bizkainos mostraban su preocupación días pasados por la falta de relevo generacional en el empresariado, la carencia en eso que se ha venido en titular como emprendedores y es que en verdad es para estar temerosos del futuro, toda vez que los países progresan pese a sus Gobiernos y gracias a sus empresarios. Los problemas importantes, suelen tener su origen en diversas causas y este no es una excepción y aun a riesgo de equivocarme apunto las siguientes razones. Hace unos pocos años se realizó una encuesta en la Facultad de Sarriko de Bilbao entre alumnos de tercer año con la pregunta de a que aspiraban al terminar la carrera. Respuesta mayoritaria. Trabajar como funcionarios, ya que con pocas horas de trabajo, 35 horas semanales actuales de presencia en sus centros (que de trabajo serán menos), un puesto de trabajo asegurado de por vida y unos salarios superiores en un 50 % a los de ese mundo exterior donde tanto frío hace, hacen que la elección no pareciera disparata. Si a eso se añade los 40 años de oscuridad por la presencia de ETA y la posición levantisca de algunos sindicatos montaraces que hacían su bandera de los eslogan "el mejor patrón colgado" y "cuando peor, mejor". Pues qué quieren que les diga. Con esa cultura, casi estoy a punto de dar la razón a esa muchachada. Serán en definitiva esas u otras razones las que nos llevan a esa carencia de vocaciones empresariales, pero esa carencia, de persistir, habrá dado fin a aquel gigantesco impulso, que empezó a resquebrajase con las crisis del 73, 92 y 2.007,  y que cambió la vida en Bizkaia, que no fue otro que los 117 años que fueron desde 1.876, año en el que comenzó la explotación intensiva de las minas de hierro del Señorío, hasta el 1.993 en que se cerró la última mina, que recordémoslo, fue la de  Agruminsa en Gallarta.  


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