lunes, 14 de agosto de 2017

EL QUE NO LLORA NO MAMA




Los propietarios de las centrales nucleares españolas lloran 

a moco tendido manifestando que están perdiendo dinero 

como consecuencia de la presión impositiva que el Estado 

ejerce sobre ellas. Nada nuevo en cuanto a la estrategia de 

"pide que algo quedará".Y aquí no se está pidiendo nada 

baladí. Además de llorar acerca de los impuestos que 

gravan la actividad, se está pidiendo que la Administración 

prorrogue 20 años la vida útil de las 5 centrales (7 

reactores) existentes porque el importe económico de la 

operación es realmente importante. La inversión de esas 

centrales instaladas en España, habrá sido del orden 28.000 

millones de euros, que han debido ser amortizados en los 

40 años de la vida útil para los que fueron diseñadas.

Conseguir esta ampliación sería tanto como disponer de 

unas centrales que  estuvieran generando electricidad 

durante ese periodo sin pagar "salario alguna a la 

maquinaria" por lo que sus resultados mejorarían 

los obtenidos hasta la fecha en la friolera de 14.000 millones 

de euros. ¿Que nos encontraremos con el parque nuclear 

más vetusto de Europa, cuando el Continente está ya de 

vuelta con este tipo de energía ?. No importa. Por encima 

de cualquier otra consideración, seguridad de la ciudadanía 

presente y futura incluida, la pela es la pela.

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