viernes, 11 de agosto de 2017

LA IMPROVISACIÓN COMO BANDERA (2)

El material utilizado como combustible en las centrales nucleares es el óxido de uranio (O2U) que se aloja en los reactores en forma de barras. Como consecuencia de la desintegración del óxido de uranio, se producen algunos isótopos que quedan como residuos en las barras una vez utilizadas y que permanecen en ellas emitiendo radiaciones muy nocivas durante mucho tiempo cuya duración depende de la clase de los mismos. Así por ejemplo la vida media en años de los isótopos del Plutonio 239, del Neptunio 237 y del Plutonio 240, es de : 24 - 2,13 millones y 6.600 años. 
Si pequeñas dosis de materiales radiactivos es decir residuos de baja y media actividad, pueden originar emanaciones peligrosas para la vida humana, estos isótopos no son de los que emiten pequeñas dosis de radiación. Antes bien, producen efectos letales.
Por lo tanto esos residuos suponen una herencia muy dificil de manejar cuya presencia en nuestro planeta será un pesado lastre para el mismo durante miles de años.   
En España han dejado de funcionar y por lo tanto de producir chatarra nuclear tres reactores. Los de Vandellós I en Tarragona que cerró la instalación en 1.989 tras una serie de graves incidentes cuya reparación y medidas adicionales de seguridad elevaban el coste de las mismas a una cifra tal que la propiedad desistió de continuar con el negocio. El de José Cabrera, Zorita que está en proceso de desmantelamiento ya que el reactor se apagó de forma definitiva en el 2.006 y Garoña, que parada desde el 2.012, ha cerrado este año definitivamente su actividad tras una serie rocambolesca de manifestaciones de índole política a favor de su continuidad, de informes técnicos a veces contradictorios y de discrepancias entre los dos socios propietarios de la central acerca de la continuidad del negocio.
Estas centrales han dejado tras de si una serie de residuos radiactivos de los cuales un 90% de los mismos son de baja y media intensidad y el 10% restante de alta intensidad.
Bien ¿y que hemos hecho o haremos con esos residuos?. Pues como hemos indicado en la primera entrega, los de baja y media intensidad acabarán en el almacén de El Cabril y acerca de los de alta intensidad, pues no está claro, lo que se dice nada claro, donde acabarán, pues como pasa con todo lo que respire cuestión de energía nuclear y las centrales que la producen en España, el misterio, el oscurantismo, el silencio, las medias verdades y las mentiras están a la orden del día, en un intento plenamente conseguido de tener a la opinión pública perfectamente desinformada.
En esta línea de actuación nos han venido contando que los residuos de alta actividad radiactiva serán confinados en un almacén que debería estar construido hace 7 años en una localidad de Cuenca llamada Villar de Cañas pero que a día de hoy (como les gusta decir a los políticos ) no tiene aún los permisos necesarios para iniciar su construcción. Ese almacén tiene, eso si, un nombre, que es el de "Almacén Temporal Centralizado"(ATC).
Temporal, porque hasta los países mas serios del mundo que tienen plantas nucleares, están buscando - sin encontrar - lugares y medios para tenerlos de manera definitiva enterrados a buen recaudo durante miles de años. Difícil empeño, por no decir imposible, vive Dios.

(Continuará porque el tema pienso que lo merece)

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