Sí, el General francés Charles De Gaulle, el Presidente de la
República (que envidia) Francesa que sacó a Francia del lodazal de
Argelia y que recuperó con auténtico denuedo parte de la
"grandeur" de la France, solía utilizar a menudo esa expresión que
está en el título a este comentario. El, sí...pero.
Sin duda influenciados por la proximidad geográfica, los políticos
independentistas (por lo menos parte de ellos), se han contagiado
de esa manera indecisa de pronunciarse al proclamar la República
Independiente (?) de Cataluña para acto seguido añadir el ...pero....
Estos demócratas de salón no se quitan las palabras democracia y libertad de la boca como si fueran una
implantación dental, para llegar al punto que han llegado, han
hecho de todo, menos ejercer la democracia y con ella el derecho
a discrepar. Así se han quitado de el medio a todas aquellas
personajes políticos que mostraban, no ya oposición a este difuso
proyecto, sino por ser simplemente tibios. Además de
haber hecho durante años gala de un victimismo "king size",
sacando pecho auto proclamándose la locomotora de "esa España
que nos roba, nos desprecia, nos humilla y nos ningunea", echaron
abajo todo atisbo de democracia cuando en el pleno del Parlament
celebrado los días 6 y 7 de setiembre el grupo independentista
incumplió el Reglamento del mismo, fulminó el Estatut y vulneró
la Constitución de 1.978, que aun siendo manifiestamente
mejorable, es la única que tenemos.
Llevados por una idea que se ha mostrado utópica hasta decir basta, han puesto, han embarcado (como el capitán Araña), a buena parte de la población catalana que ha quedado desencantada cuando sus dirigentes han reculado en sus intenciones iniciales de proclamar la independencia cuando han visto las orejas al lobo en forma de: huida de muchas empresas a tierra más firme, - pese a que al ex Molt Honorable Artur Mas proclamaba con esa aparente seguridad que manifiestan los políticos aunque no tengan ni repajolera idea de que están hablando - de empresas emblemáticas catalanas y un buen número de PYMES, de la posición contundente de Europa que no quiere que cunda el ejemplo y de la aparición de esa parte de la sociedad catalana que no comulga con la idea secesionista. Todo ello constituye la parte del iceberg visible de un plan chapucero bajo el doble punto de vista económico y jurídico.
Da la sensación de que aquí nadie tenia un plan B alternativo, que no habían hecho ni un número (serán todos de letras) pese a lo cual, a dos días de tener que aclarar al Gobierno central si la posición definitiva es : si, no o no contesta, todavía estén deshojando la margarita en posturas en la que se van adivinando ya postureos cara a las inevitables elecciones próximas.
Han olvidado, en el caso de que lo supieran, que lo importante en política no es soñarla sino realizarla.
PS. Seguirá. Salud
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