miércoles, 25 de octubre de 2017

KISSINGER Y PUIGDEMONT

El que fue Secretario de Estado de EEUU y por esas cosas curiosas de este mundo, Premio Nobel de la Paz, fue un duro negociador y su táctica consistía en llevar al adversario hasta el borde del precipicio para hacerle sentir que cualquier cosa que aceptara sería mejor que ser despeñado. Puigdemont, como punta de lanza del conglomerado independentista catalán, ha seguido el sistema del norteamericano en su negociación con el Gobierno de España y el borde del precipicio al que ha llevado a Rajoy ha sido intentar la proclamación de la República Independiente de Catalunya. Pero para que este sistema de negociación funcione tiene que darse la condición de que el que juega como Kissinger, que es el papel que ha jugado Puigdemont, debe tener la sartén por el mango, ya que de no ser así te puedes dar un batacazo fenomenal y la negociación dará como resultado acabar estampado en el fondo del precipicio. Pues en esas estamos. Amenaza (qué más quiere el ciego que ver) el Partido Popular cuyo brazo justiciero es el Registrador de la Propiedad metido a Presidente del Gobierno de un país con 47 millones de habitantes, con presentar el famoso Art. 155 de nuestra Constitución con lo cual la Autonomía catalana quedaría en aguas de borrajas y los independentistas catalanes empiezan a rilarse porque empiezan a ver las orejas, rabo y colmillos del lobo de la decadencia económica en que pueden acabar sus oníricas ideas de libertad. De modo que, salvo que me equivoque groseramente, la bajada de pantalones - y que sea lo que Dios y el dante quieran - en forma de convocatoria de elecciones al Parlamente catalán, está al caer. Veremos ahora si el PP que ha olido sangre retira la propuesta de la aplicación del famoso 155. Y a todo esto, Puigdemont y sus muchachos haciendo de la necesidad virtud para que los 2 millones de ciudadanos embarcados en esta aventura no les agarren de la solapa, pues aplican el viejo refrán italiano que dice " un soldado que huye - sin que se note demasiado - es un soldado útil para la próxima batalla". Bueno, ellos lo han intentado pero se ve que no estaba el tema maduro. Toca pues envainarla y " jusqu'á la prochaine fois". 

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