domingo, 22 de octubre de 2017

SEPPUKU

Ante el desarrollo de los acontecimientos, la única salida - política, por supuesto - que le queda al inefable y Molt Honorable Puigdemont es la de hacerse seppuku, ceremonia japonesa también conocida por harakiri. Su patriótica, pero irreflexiva actitud, ha llevado a un buen número de catalanes a una situación realmente comprometida. La figura más evocadora de su actuación en todo este asunto, es la de el Quijote - por más que la comparación le resulte odiosa - luchando contra los molinos de viento en forma de: la estabilidad a la que adoran como a un becerro de oro los mercados económico - financieros ; Europa a la que se la abren las carnes pensando que de proliferar el intento de Cataluña de independizarse crearía un cataclismo en su seno y para rematar el souflé en el que se ha convertido la aventura, la guinda del PP que con su torpeza y una dosis de patriotismo igual y de sentido contrario al catalán, ha vuelto, a falta de imaginación conocimiento y voluntad, a los viejos modos de sus mayores. 
Con todos esos elementos en contra, si a Puigdemont (como parte visible del iceberg), le quedara un vestigio de lucidez, vamos, de seny, debería ir preparando antes del próximo viernes la ceremonia de su suicidio político, como decía antes, esa forma tal elegante que practicaban los japoneses para irse de este mundo con honor haciendo mutis por el foro.

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