Si algo tiene de bueno la actitud del PSOE cara a su investidura es que a poco que se rasque salen a la luz las intenciones que les animan. Pienso que el ánimo de sus ideólogos están presentes dos principales cuestiones, cuales son, una, que se consideran un partido de izquierdas - cosa que dejaron de ser hace mucho tiempo - que no puede tolerar que exista un punto de referencia con el que compararlo, como es el caso de Unidas Podemos. De ahí su actuación, que se ha convertido en fijación, de intentar acabar con ese molesto grano si reparar en medios para conseguirlo. La segunda cuestión es algo primordial para ellos como es la de resucitar el bipartidismo que tan buenos resultados les ha dado durante los 41 años transcurridos desde 1.978. Esa alternancia con el PP en el poder les ha permitido acceder y disfrutar del mismo durante 17 años (con González y Rodriguez Zapatero de Presidentes ). Ese ahora tu y después yo es algo que tanto al PP como al PSOE les encandila y harán lo posible y lo imposible para consolidar esa situación.
Pero la atomización del panorama político con la aparición y potenciación, principalmente de UP y C's, ha venido a disturbiar esa golosa alternancia que habían disfrutado de tal suerte que al PSOE huyendo de una coalición con UP como de la peste, solo le queda la posibilidad, tras ese vestir el muñeco de unas presuntas negociaciones con UP, de repetir unas elecciones que no cambiarán gran cosa el actual panorama, para ya habiendo madurado ese largo proceso hacia al poder, aliarse con C's para formar un gobierno de coalición, eso si, invocando al deber patriótico que les anima a dar ese paso pese a las voces de sus bases que pedían el " con Rivera no". Se habrá consumado así la consecución del objetivo principal de ese estadista de vía estrecha que es Sánchez que no es otro que el de alcanzar el poder, para él y su partido- por ese orden - a costa de lo que sea.
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