viernes, 21 de febrero de 2020

AGUR, ALONSO.

Que la venganza es un plato que se sirve frio es algo tan viejo como la historia del hombre en la Tierra. De modo que lo único que cambia son las formas en que se presenta. Esta vez el escenario es político y los primeros actores son el Presidente del Partido Popular en el País Vasco, Alfonso Alonso, el lenguado procedente de las frias aguas del Atlántico Sur y el mejor estudiante de leyes (ahí es nada aprobar 50 asignaturas en 3 meses) que haya parido madre y parirá, en esta vieja piel de toro en la que pueden darse las cosas mas insospechadas.
La cosa viene por los desencuentros entre el citado pez y el alavés y por parte del estudiante prodigio, porque Alonso a la hora de elegir un candidato para sustituir a Rajoy optó claramente por la pequeña Sáenz de Santamaría y eso es algo que aquel, tal como se ve, no lo perdonó.
De modo que en la maniobra de imponer por parte de Casado, porque ese es el nombre del prestigioso estudiante como sin duda Uds. ya habrían adivinado, a candidatos de Ciudadanos - sin contar para nada con el Presidente del PP aquí- (tiene bemoles la cosa) en coalición con el PP para las próximas elecciones autonómicas del País Vasco, ha visto una ocasión pintiparada para quitarse de en medio a Alonso, a la voz de : como total no nos vamos a comer una rosca allí, me da igual un candidato que otro, me lo cargo, me quedo ancho y en cuanto a la coalición con C's, pues aprovechando las ganas que tiene la catalana de seguir en el candelero, hago, sin que ella cegada se entere, lo de la "mantis religiosa", vamos, sin llegar al coito, claro.
Si Alonso tiene unas tragaderas como la ballena que engulló a Jonás, seguirá en el machito y si no la estela que dejó el donostiarra Sémper le servirá de referencia. La solución a esta disyuntiva, en ná. 


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