lunes, 10 de febrero de 2020

EL " PROGRESO".

Durante un largo periodo de tiempo se nos hizo creer que la polución y la destrucción del paisaje eran sinónimo de desarrollo económico, llamado de manera más fina, más sutil, "progreso". Los que hemos vivido o trabajado en las riberas de la Ria de Bilbao, esa "cloaca navegable" como la definió nuestro Unamuno, somos testigos de que tal correspondencia era tan cierta como la vida misma y como consecuencia directa de la citada relación, a más deterioro, más "progreso". 
Al final resultará que Ogden Nash tenía razón cuando manifestó que "puede que el progreso haya estado bien alguna vez, pero eso fue hace mucho tiempo"
Cada vez estoy mas convencido que el paso del tiempo en lugar de proporcionar radicales cambios de las cosas lo que hace es simplemente cambiar el aspecto de las mismas, hacerlas más presentables, mas vendibles y si para ello es necesario vestirse con el ropaje de "progres", pues se hace como una herramienta mas al servicio del sistema. Naturalmente este marcar el paso de los tiempos solo está al alcance de los que pueden hacerlo, es decir, aquellos que tienen la sartén cogida por donde se debe. Por el mango.
Aquí en el País Vasco hemos tenido dos ejemplos recientes de esa actitud de fondo. Durante meses, una planta de producción de pasta de celulosa (próxima al pueblo donde vivo, Durango, en Bizkaia) que la fabrica según un procedimiento consolidado a través de tiempo, por tanto perfectamente conocido aquí y hasta en China por ser utilizado en todo el mundo, estuvo emitiendo al exterior los gases procedentes de una caldera en mal estado en la cual quemaban los residuos - nada saludables por otra parte - durante meses, provocando un descenso notable en la calidad del aire. Y entre esas caídas de la calidad hay que citar el nauseabundo y delatador olor que provocaba en el pueblo en cuanto el aire soplaba de una determinada orientación. Por tanto, en un proceso tan conocido como el que nos ocupa, ese olor ya daba como para fijar la solución de la adivinanza, "blanco y en botella", ¿qué es?. 
Bueno pues nuestra flamante Consejería de Medio Ambiente del Gobierno Vasco (una manifestación del vestido del muñeco al que antes me refería), tardó meses en dar con el origen del problema y por supuesto nada ha llegado a nuestros oídos de si la empresa fue sancionada de un modo ejemplarizante.
En Zaldibar, pueblo también bizkaino a 15 km. de Durango, junto a la autopista A-8 (localización que también está en entredicho) existe una escombrera de residuos desde hace ya 13 años. Más bien existía, puesto que se ha derrumbado, lo que ha dado origen a ir desvelando su desarrollo que se está constituyendo en un ejemplo paradigmático de por donde van los tiros. 
En el 2.015 el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco 
sentenció que la escombrera recibió residuos peligrosos especiales PCB material que estaba prohibido desde 1.986 por sus efectos nocivos sobre el medio ambiente y alto poder cancerígeno. Bien pues de este asunto, nunca mas se supo.
Ahora tras el desplome que ha costado la vida a los dos operarios que trabajaban sobre ella y cuantiosos medios económicos para su recuperación que pagará la ciudadanía,  la Vice Consejera de Medio Ambiente del Gobierno ha manifestado, pese a los antecedentes de esa empresa, que "estaban valorando la posibilidad de efectuar la apertura de un expediente sancionador habida cuenta de las irregularidades que detectaron en la inspección efectuada en ¡ julio de 2.019 !"
Siete meses, siete, para "valorar la posibilidad".
Entiendo que la ineficacia, la inoperancia y la estulticia de estos elementos no pueden llegar a esos extremos aunque nos estemos refiriendo a personajes políticos. Por tanto otro tipo de cuestiones han tenido que provocar esa lamentable parálisis y la clave para entender este asunto y otros como el descrito de la papelera, son las declaraciones que efectuó recientemente un conocido e importante empresario siderúrgico bizkaino. Véanlas. "La política climática no puede pasar por encima de la política industrial" recordando a continuación que "no puede haber una sostenibilidad medio ambiental que vaya en contra del progreso y el bienestar. Si no hay sostenibilidad en la economía y el empleo, no habrá nada que hacer". 
Nada nuevo bajo el Sol, pero hay que recordar que existen empresarios a los que los conceptos de la cuenta de explotación, así como de su particular definición del "progreso", les llevan - en contadas ocasiones -  a descuidarse diciendo lo que piensan. Y mucho me temo, que nuestras autoridades, insisto, disfrazadas de progres, están en la tesitura del empresario citado y cuando se les apura mucho hacen referencia a "la defensa de los puestos de trabajo" y la no menos socorrida de "para no provocar alarma social", eufemismos que no hacen sino camuflar sus reales ideas que no son otras que "el que manda manda y cartucho al mosquetón".
En definitiva, cada uno tendrá formada su opinión acerca de sucesos como los que nos ocupan, pero para mi no hacen sino confirmar los que vengo sospechando desde hace mucho tiempo. Una, estos asuntos son la parte visible del iceberg y dos como decía el Príncipe de Lampedusa " si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie". Cínica expresión, pero que pienso que se ajusta con exactitud a la realidad que nos envuelve.


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