martes, 4 de febrero de 2020

AMPLIACIÓN DEL HOUSTON, HOUSTON... (1)

Volviendo sobre el preocupante tema de las pensiones por jubilación con la idea de cerrar la idea, quiero aportar algunas reflexiones complementarias a la página que publiqué el pasado 25 de enero.
Vaya por delante, para situar el tema en su justa dimensión, algunas consideraciones previas.
1). Los políticos (vamos a dejar el término en, la mayoría, para no se nos tache de absolutistas) tienen dos objetivos primordiales, que son,  a). Hacerse con el poder. b). Una vez conseguido mantenerse en él contra viento y marea.
En estas condiciones, gobernar, gestión incomoda donde las haya ya que hay que trabajar y tomar decisiones en muchas ocasiones impopulares, se hace muy cuesta arriba toda vez que el hacerlo es equivalente a darse un tiro en la rodilla de sus intereses.
Pero es que eso no es todo porque hay más y ese más es otro motivo de preocupación cara a tomar serias medidas para dar respuesta a ese gran problema social que es el futuro de los pensionistas que han estado cotizando toda una vida y se encuentran ahora conque sobre la marcha les han cambiado las reglas del juego.
Y el motivo extra de preocupación es que además de no tener voluntad para arregrarlo, les falta conocimientos y experiencia de gestión, consecuencia directa de no haber pasado por una empresa la mayoría de ellos.
Y así las cosas no tienen mas que soluciones a lo Macro francés, es decir : disminuimos las prestaciones actuales, aumentamos la edad de jubilación e incrementemos los impuestos, sin pasarnos, porque eso es impopular. Glorioso y sublime, sino fuera por lo chapucero de la solución.
Esta impresentable gili-solución, la de más recortes, más impuestos y sobre todo la de aumentar la edad de jubilación me recuerdan a una doble idea que tienen los argentinos para acabar con la pobreza y el hambre en el mundo y que no es otra que "comerse a un pobre".
Si hubieran pasado por empresas deberían saber que existe una ley grabada en el frontispicio de las mismas que es de obligado cumplimiento y que dice "es imprescindible matar las ineficacias internas". 
Antes pues de aplicar ese trío de ideas luminosas, que eso se le ocurre hasta al más cazurro, deberían estrujar las posibilidades que ofrece la "matanza" de las ineficacias de nuestra empresa, o lo que es lo mismo, las del país, las de las autonomías o las del municipio.  

(Continuará)



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