A buen seguro que habrán conocido Uds. personas a las que les encanta opinar de lo divino y de lo humano y habrán podido constatar que lo hacen en muchas ocasiones sin un conocimiento de causa suficiente. Y por el contrario en las antípodas de los citados habrán también observado que a personas prudentes, con conocimientos, les cuesta mostrarlos.
Bueno, pues esta es la condición humana y debíamos admitir que así son las cosas y que por tanto el tema no merecía más comentarios salvo en que lo que hay que hacer es desarrollar tácticas para ponerse a salvo de tanto parrapla suelto.
Sin embargo la cuestión empieza a complicarse cuando podemos constatar que están accediendo a la política muchas personas del primer tipo, que llegan para más inri a las más altas instancias del poder.
Esta cuestión está tan extendida por el mundo que se ha hecho de carácter universal, hasta el punto que dos psicólogos sociales norteamericanos, DUNNING Y KRUGER realizaron un estudio sobre el asunto, de tal profundidad y enjundia, que recibieron el Premio Nobel de psicología hace ahora 21 años.
El amplio estudio que efectuaron, partía de unas premisas que fueron ampliamente corroboradas y decían que :
- Los individuos incompetentes tienden a
sobrestimar sus propias capacidades.
- Los individuos incompetentes son incapaces de
reconocer las habilidades de otros.
- Los individuos incompetentes son incapaces de
reconocer su extrema insuficiencia.
Una
parte de la nutrida nómina de políticos que han accedido a ese mundo como una forma de empleo, entra de
lleno en esta definición de incapaces incompetentes, personas que
incluso acaban en las más altas instancias del poder político. Casos
especialmente sangrantes los tenemos en el que fuera presidente de EEUU, Gerald Ford, del que se decía que era incapaz de andar y mascar chicle a la vez porque se descoordinaba, qué decir de su
compatriota Trump, del brasileiro Bolsonaro, del venezolano Maduro, del
premier británico Jhonson, de su antecesor Cameron.... Aquí tenemos
también ejemplos notables del pasado y presente que están en la memoria
de todos por lo que no merece ni tan siquiera nombrarlos.
Pero
eso, con ser particularmente grave no lo es todo, porque este tipo de
personajes, mediocres e incompetentes, se rodean de colaboradores de su
mismo perfil para que no les hagan sombra, con lo cual el efecto de ese
tipo de dirigentes multiplica los malos resultados de su propia incompetencia.
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