miércoles, 10 de noviembre de 2021

IMPUESTOS, COMO LOS CALLOS, A LA "MADRILEÑA".

No estuvo muy afortunado Urkullu que digamos al acusar a la presidenta de la Comunidad de Madrid de "dumping " fiscal teniendo aquí un concierto económico envidiable y envidiado que nos deja las manos libres en la política de fijación de impuestos. En la misma línea de inoportunidad se ha mostrado el portavoz del Gobierno Vasco cuando comparándonos con los países más avanzados de Europa respecto a su política fiscal, obvia que esos países hace tiempo que desmontaron el impuesto al patrimonio al que hacía referencia el lehendakari.
Por otra parte también los empresarios vascos entran a opinar sobre el asunto, manifestando - como no - que ese tipo de impuesto no hace atractiva la aparición por estos lares de nuevos inversionistas. De modo que, como tantas cosas en la vida, cabras incluidas que siempre tiran al monte, cada sector tiende a efectuar una defensa a ultranza de sus intereses y así los recaudadores y me refiero a los serios, tienden a maximizar los mismos, dentro de un orden, para así poder financiar una serie de servicios públicos esenciales tales como educación, sanidad, transporte, infraestructuras, prestaciones sociales...en tanto que los que defienden una política neoliberal tienden por el contrario a desmontar esa función de los Estados privatizando todo lo que se menee, y el que venga atrás "ajo y agua" y claro, para ello, los impuestos no son sino un incómodo impedimento.
Se puede defender esas posturas sin llevarlas hasta sus límites o se juega a la "madrileña" tal como lo vienen haciendo en esa Comunidad desde que las derechas se hicieron con el poder sobre todo desde que llegó al mismo en el gobierno central, ese señor bajito, moreno, con bigote, feo con ganas, muy mala leche y que presume de abdominales y que por si no han adivinado quién es, les ahorro que se devanen los sesos porque me estoy refiriendo al que siendo presidente de EEUU, Bush Jr., le llamaba en su castellano empedrado, Ansar. De nada .
En resumen y retomando la política madrileña del desmantelamiento progresivo de los impuestos, una buena parte de los "madrileños" que ahora aplauden con las orejas como consecuencia de no ver más allá de la punta de sus narices llevados por un furor patriótico desmesurado y como no por una incultura preocupante, verán cómo esa mezcla política de populismo y neoliberalismo, desarrollada por su actual presidenta, de la que espero (y deseo) que sea un efímero personaje como tantos otros que han pasado por la Villa y Corte, se volverá contra ellos y vendrán los lloriqueos y crujir de dientes. Y es que solo el hombre (la mujer mucho menos) es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, con lo fácil que es no volver a pasar por el mismo sitio.

 

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