domingo, 6 de septiembre de 2015

EL ÁFRICA ESQUILMADA


EL ÁFRICA ESQUILMADA


Las razones que impulsan a los ciudadanos de muchos países africanos para huir hacia Europa, que se ha convertido en su última esperanza, son variadas y para entender su origen hay que remontarse mucho tiempo atrás. En la segunda mitad el siglo XIX los principales países europeos, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia, España, Bélgica y Portugal, se repartieron África para apoderarse de sus materias primas y expander sus mercados. Tan es así que de los 53 países africanos actuales solo dos quedaron libres de ser colonizados en ese asalto, Etiopía y Liberia. Los colonialistas entraron en el resto y simplemente se los quedaron. Por si fuera poco, el comercio de esclavos que comenzó en el 1.502 y que realizaron varios de los países citados durante 300 años, habían causado ya graves problemas en su crecimiento y configuración social, ya que según la UNESCO se calcula que fueron 33 millones de personas las que fueron arrancadas de sus raíces, de las cuales solo llegaron vivas a su destino 11, dadas las condiciones infrahumanas de su transporte. El sistema estaba ideado para estrujar el limón de la manera más eficaz. Salían los barcos negreros de Europa cargados de baratijas, las vendían entre los pobladores del Golfo de Guinea, capturaban a los aborígenes a los que vendían como esclavos en Brasil, Caribe y sur de EEUU. Compraban especias en esas zonas que vendían a su retorno en Europa con pingües beneficios, cerrando así un triángulo comercial indecente a la vez que muy rentable. Ese reparto de África se realizó sin tener en cuenta ni los distintos grupos étnicos que poblaban las zonas, ni los ecosistemas, ni las cuencas fluviales, ni por supuesto los derechos de sus habitantes. Las consecuencias fueron para esos países la esquilmación de sus recursos naturales, la devastación económica para sus habitantes, así como el caos cultural en sus sociedades. Los movimientos independentistas de esos países tomaron fuerza tras la I Guerra Mundial y así fueron abandonado los mismos, pero de manera cruenta en varios casos, como Francia en Argelia , España en el Sahara occidental y Portugal en Angola y Mozanbique. En su salida dejaron tras si un caos administrativo, económico y cultural del que se aprovecharon políticos oportunistas de tal suerte que todavía existen en ese continente una gran cantidad de regímenes totalitarios, herencia que había que atribuir en buena medida a los colonizadores. 
Tras esa historia depredadora, los ojos de los africanos se vuelven hacia Europa - la rica, la culta, la portadora de nobles valores, la saqueadora del continente negro - en busca de libertades y viabilidad económica que sus dirigentes les niegan y nosotros cicateros, insolidarios y convenientemente olvidadizos, les negamos toda ayuda aduciendo variopintas y vacías razones. 
Aunque no fuera mas que como reparación a las atrocidades que cometimos en ese continente durante siglos, deberíamos adoptar cuanto menos, una actitud reparadora, pero me temo que no van por ahí los tiros. Al final el destino de África parece que irá en línea con ese refrán mexicano que dice que "cuando toca, ni aunque te quites y cuando no, ni aunque te pongas". África pues, se pone, pero ni por esas.
 





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