Si algo no me gusta de los políticos, de la mayor parte de ellos para ser más preciso, es su permanente negación de la evidencia con tal de defender la línea marcada por su partido, y porque no decirlo, y la de su puesto de trabajo porque en eso se ha convertido la pertenencia a un partido, a una opción de trabajo renovable cada cuatro años.
En esas circunstancias no importa decir hoy una cosa y mañana la contraria sin despeinarse y tener el más mínimo rubor porque en esa escalada de despropósitos intervienen todos las formaciones políticas y así nos tienen como en un partido de tenis mirando como va la bola de un lado para otro de la pista sin lugar para el reposo.
Por eso además de ejercerse para su cometido tragando una rana viva todas las mañanas, el operarse de los sofocones que pueden dar las hemerotecas debe ser una magnífica solución para llevar con cierta holgura ese andar por la vida en la que solo unos pocos que no han sido capaces de superar el duro entrenamiento trabajan en pro de la ciudadanía. El resto que solo aspira a un buen pasar, además de no dar palo al agua, no hacen otra cosa que decir chorradas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario