La gran mentira de los defensores de la economía neo liberal (que tiende a convertirse el ultra liberal a pasos agigantados) es que "el Estado es el gran problema del desarrollo económico porque el gasto público es dinero tirado a una alcantarilla, que ese gasto es perjudicial para todos y por si fuera poco añaden que el Estado que así se comporta expulsa a la inversión privada".
Esta forma de ver la economía
adquirió un gran auge a partir de la toma de mandato del que fuera
presidente de EEUU, Ronald Reagan, hace ya de esto 40 años, cuando
proclamó su decisión de desregular el sistema financiero, rebajar los
impuestos de manera importante y de asumir a ultranza la defensa de la
economía de libre mercado.
El resultado de la aplicación de
ese modelo económico, ha conseguido que en aquellos países en que se ha
implantado se haya obtenido lo que podríamos denominar "el paradigma de los más". Los
ricos cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres, ahondando las
diferencias sociales de manera inequívoca.
Los argumentos que han puesto en circulación los partidarios de ese desmoche del Estado siempre han sido falsos ya que el eslogan de "lo privado es más eficaz que lo público" no se sostiene mínimamente y la prueba de ello es que cuando las cosas se ponen muy feas, por ejemplo en el rescate de la banca, ese que según el que fuera ministro de Economía, el neoliberal Guindos, no nos iba a costar un euro, costó al Estado, es decir a los ciudadanos, 65.000 millones de euros. No vieron nuestros ojos que fuera la iniciativa privada quien diera solución a ese grave problema.
Una
consecuencia, aquí en España, de la aplicación entusiasta de esa forma
de hacer economía que practican las derechas, es el desmantelamiento del
sector público que curiosamente comenzó Felipe González ya que durante
su mandato se privatizaron 80 empresas públicas. Aznar, como no, lo hizo
por valor de 30.000 millones euros y Rajoy aunque le echó entusiasmo no
pudo como hubiera sido su deseo llegar a esa cifra.
Pero también el PSOE, a lo mejor siguiendo la estela del millonario en euros Felipe, tampoco le hace actualmente ascos a esa política de privatizaciones si bien - a lo mejor por pudor - les llama "racionalizaciones". Vivir para ver.
PS. Por cierto, la flamante presidenta de la Comunidad de Madrid no se corta un pelo - como suele - y manifiesta sin ambages que " bajar los impuestos tiene como consecuencia mayor inversión, más empleo y ¡ mejores servicios sociales !.
Los signos de admiración son míos porque esta señora con esa afirmación habrá conseguido la cuadratura del círculo y se habrá hecho acreedora al Nobel de Economía.
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