Existen del orden de 1.700 millones de automóviles que tienen como
combustible los derivados del petróleo, muchos de ellos con muchos
kilómetros en sus ruedas y si hasta los coches nuevos contaminan lo suyo
(recuerden los recientes casos de Volkswagen y todos sus competidores a
los que no llegó la ola del escándalo pero que sin ningún género de
duda existía) es de preocupar lo que contaminarán los veteranos sobre
ruedas. Una parte importante de la polución atmosférica que nos aqueja
tiene su origen en este parque de automóviles que lanzan al aire, CO,
CO2, NOx, SH2....amén de partículas sólidas por no citar sino los
principales componentes contaminantes.
La industria del
automóvil que lleva desde los tiempos en que el francés LENOIR patentó
un vehículo en 1.860 que utilizaba la gasolina como fuente energética,
salvo introducir mejoras en el rendimiento y fiabilidad de este tipo de
motores, ha estado viviendo de la renta tecnológica del citado francés y
sólo cuando la evidencia del deterioro de la calidad del aire se ha
puesto de manifiesto de manera escandalosa se han comenzado a investigar
otras alternativas empujados por los ciudadanos primero y las
administraciones, al rebufo de estos después y a resultas de esa
presiones, los motores que tienen como combustible los derivados del
petróleo, tienen sus días - más bien sus años - contados, ya que las
principales naciones mundiales han puesto fechas para la finalización de
esta tecnología y ahora la situación alternativa a la misma es la
siguiente .
Hasta el momento solo las empresas punteras,
lease, Daimler - Mercedes, Toyota, Hyundai, Renault, Honda,
Ford, Volkswagen....son las que están orientando sus esfuerzos de investigación
en tres direcciones, cuales son, 1),el coche eléctrico puro accionado
por motores alimentados por baterías eléctricas. 2), el híbrido, como
combinación al ser accionado por un motor de gasolina y alternativamente
por un motor eléctrico y finalmente 3),los que accionados por motores
eléctricos que obtienen este tipo de energía partiendo del hidrógeno. .
Están
ya funcionando coches híbridos - que no deja de ser una alternativa
intermedia entre el eléctrico puro y el de combustión y/o explosión y en
cuanto a los otros dos tipos lleva la delantera por el momento, si bien
el material con el que se fabrican las baterías, el litio, es caro y
escaso en la naturaleza lo que supone un importante hándicap. Como
alternativa al litio se está utilizando el sodio, elemento barato y
abundante si bien su utilización tiene el problema de que ese material
crea en la superficie del cátodo de la batería una capa de cristales de
sodio que detiene el flujo de iones lo que provoca una escasa fiabilidad
de la misma, pero recientemente una empresa norteamericana está
desarrollando para este tipo de baterías un proceso innovador que daría
fin a ese problema.
En cuanto a coches eléctricos
puros,Toyota, Lexus y Hyundai lleva de momento la delantera en su
lanzamiento al mercado si bien con el hándicap que de momento supone el
tema de las baterías.
En lo que se refiere al vehículo
accionado por hidrógeno aquí las cosas van más despacio porque el tema
es mucho más complejo ya que primero hay que obtener el hidrógeno
partiendo del agua, separando sus componentes principales, hidrógeno y
oxígeno a través de un proceso llamado electrólisis que utiliza la
electricidad como fuente de energía. Una vez obtenido el gas hay que
comprimirlo y enfriarlo para licuarlo y a partir de ahí generar la electricidad que alimente los motores del vehículo. Los rendimientos de esas cuatro
fases hacen del procedimiento un elevado consumo de energía de forma que
el resultante final es del orden del 39 %, de modo que ante la enorme
ventaja de emisiones a la atmósfera 0, está la necesidad de generar
energía eléctrica barata y naturalmente la cuestión de implantar
hidrogeneras para efectuar la reposición del hidrógeno.
El
desarrollo fulgurante que están teniendo las energías alternativas como
la eólica y fotovoltaica, principalmente, porque la nuclear de fusión
se adivina más lejana, hará posible - con la necesaria colaboración de
las insaciables políticas de impuestos que gravan actualmente el precio
final de la energía - harán posible en un plazo no muy lejano que sea el
hidrógeno el que finalmente se imponga como combustible esencial y no
solo para el accionamiento de los motores de los automóviles y de los
vehículos industriales.
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