lunes, 3 de enero de 2022

¿VERDES Y SOSTENIBLES?. ES BROMA.

La Comisión Europea es una de las siete instituciones de la Unión Europea y tiene iniciativa legislativa así como poder ejecutivo, actuando a modo de Gobierno de Europa y está presidida en este momento por la conservadora Sra. Ursula von der Leyen.
Pues bien, esa Comisión ha lanzado el plan de denominar a las energías procedentes de la fisión nuclear y del gas natural como "energías verdes" o lo que viene a ser lo mismo "sostenibles".
Hasta aquí los antecedentes y conviene aclarar antes de seguir adelante, que una definición de sostenible responde al tipo de desarrollo (que es lo que pretende la Comisión con este lanzamiento, desarrollo, desarrollo y más desarrollo "per se") que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medio ambiente.
Esta definición no encaja, por mucho que se empeñe la citada Comisión, en denominar a ambos tipos de energías como de verdes y sostenibles y para ello basta con recordar qué efectos "verdes y sostenibles" producen la energías nucleares y la procedente de la combustión del gas natural a efectos de su relación con el medio ambiente. 

Las centrales nucleares producen residuos durante su funcionamiento sin haber encontrado solución alguna para su correcta gestión y por si eso fuera poco resulta que la construcción, mantenimiento y control de esos letales residuos corren a cargo del Estado (es decir, de los contribuyentes), por lo que el principio tan cacareado de que "quien contamina, paga", está a años luz de cumplirse. 

En cuanto al gas natural, cabe decir que es menos malo que el carbón y los derivados del petróleo, pero "lo mejor no hace bueno lo malo" ya que efectivamente ese gas, utilizado como combustible en plantas generadoras de energía eléctrica, produce un 50% menos de contaminación que el carbón y los derivados del petróleo, pero produce. De modo que de verde nada, ya que coadyuva de manera importante al cambio climático.

Los países integrantes de la Unión Europea tienen la potestad de seguir construyendo plantas nucleares y centrales de ciclo combinado que tienen como combustible el gas natural, pero de ahí a llamar a esas formas de producir energía de "verdes y sostenibles" es como para pensar que cabezas tan sesudas como las que presiden esas instituciones Comunitarias, nos están tomado el pelo.

Pero la Europa de los Mercaderes no tira piedra que no rompa cristal, lo que me lleva a recelar de la gratuidad de esa expresión de "energías verdes" y no me extrañaría que el poderoso lobby energético haya propiciado con esa definición la colocación de una alfombra roja cara a jugosas subvenciones o ventajas fiscales por las inversiones futuras en ese tipo de energías.
 

 


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