sábado, 9 de mayo de 2020

LAS TERRAZAS DE LOS BARES

La situación anómala creada por el covi-19 está poniendo al descubierto una serie de cuestiones en nuestra sociedad, como por ejemplo la confirmación de que estamos, no ya en una democracia, sino en una tascocracia. Hemos superado la Fase 0 del estado de alerta y el día 11 estrenamos la fase siguiente, la 1. Esta fase, entre otras cosas, permite la utilización de las terrazas de los bares para solaz de sus habituales usuarios, pero con la salvedad de que hay que guardar una distancia mínima de dos metros entre las personas que las ocupan. Es tal la necesidad de acudir a ellas por parte del público y no digamos del deseo de los propietarios por hacer posible esa idea, que la norma de distanciamiento entre los usuarios va a suponer un freno en su ocupación tanto para los usuarios como para la utilidad de los propietarios de los bares. ¿Que hacer entonces?. Pues parece ser que algunos ayuntamientos van a optar por una decisión salomónica que no es otra que la de dar a los bares la posibilidad de ampliar la superficie actualmente concedida y esto da pie para algunas reflexiones tales como , 1) si finalmente nuestro ayuntamiento, me refiero al de Durango,  donde vivo, concede esos permisos ¿tomarán los mismos carta de naturaleza o por el contrario solo serán válidos en tanto duren las actuales circunstancias?. 2). Si ahora (y antes tampoco, no nos confundamos) el ayuntamiento no controla que se cumpla la utilización del espacio concedido a las citadas terrazas, ¿será capaz de hacer que las aguas vuelvan a su cauce una vez pasada la tormenta?. 3). Bien está crear espacios públicos para solaz de la ciudadanía pero ¿no estamos convirtiendo esos espacios, sobre todo las terrazas cubiertas, en superficies solo al servicio de sus usuarios, es decir, no nos estamos pasando en el número y superficies que van ocupando las citadas terrazas?.

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