El triunfo del partido ultra derechista o neofascista, como prefieran llamarlo, que lidera la Sra. Meloni en Italia, habrá llenado de orgullo a su presentador en el "meeting" que tuvieron en Málaga recientemente y bien que le habrá venido a su partido en este momento en el que las encuestas no les favorecen y empiezan los navajeos entre sus miembros a la voz de "cuerpo a tierra que vienen los nuestros".
Pero si para ese partido - que no voy a nombrar, por aquello de que si quieren propaganda que se la paguen - ese triunfo de esa especie de Jeanne d'Arc (Juana de Arco para nosotros) - que Italia ha alumbrado, le habrá vigorizado, ni les cuento el respiro que habrá supuesto para el principal partido de la oposición ya que de esta manera, viendo que los partidos políticos neo fascistas se están haciendo con el poder en Europa, les facilitará cara a la galería, su legitimidad moral aunque no sea más que por aquello que se decía sobre la estadística : "4.000 millones de moscas no pueden equivocarse. Coma mierda", de modo que sobre el contubernio que se han montado en Castilla y León ambos partidos, del que empiezan a mostrar sus frutos, no tendrán ya que defenderse acerca de haber traspasado la famosa "linea roja".
Vienen tiempos de oscuridad, de borrascas encadenadas, como consecuencia de ese movimiento pendular político que en el viejo continente europeo lleva produciéndose hace ya algún tiempo. A la vez que Carlos III (a) El Belarri, ha estrenado a la muerte de su incombustible ama el "Dios salve al Rey", podriamos los europeos - para lo que así lo sientan - crear el "Dios salve a la ciudadanía europea", por lo menos para aquellos que quieran ser salvados de este creciente fascismo rampante que se va imponiendo "poc a poc" en este cada vez más viejo y apagado continente otrora faro del mundo occidental.
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