domingo, 7 de febrero de 2016

ESTACIÓN HÚMEDA

Y no me estoy refiriendo a esa temporada del clima ecuatorial que se alterna con la estación seca. No. Me refiero a la más que húmeda estación del tren en Durango, que en los días de lluvia y son muchos, por problemas de diseño que parece realizado por arquitectos de secano y mal acabado de la construcción, el acceso al interior se torna peligrosa, e incomoda la estancia en el interior por las goteras y las humedades residuales que producen. Menos mal que tres años después de ser inaugurada, en un  pleno del Ayuntamiento de la localidad, un partido político que puso de manifiesto esa serie de problemas, vió como su moción que consistía en poner solución a ese estado de cosas, era rechazada por 11 votos contra 10. Da la sensación que de haber puesto a votación la existencia de la ley de la gravedad, el resultado habría sido el mismo. Y es que luego los políticos se quejan del escaso crédito que nos merecen por su condición de tales. Pues señores, en tanto voten en función de quien lo dice en lugar de que es lo que dice, estamos aviados, que decía mi abuela. Por cierto, para una vez que el único concejal que tiene un partido político en el pueblo, no se abstiene, suelta una memez para justificar su voto contrario que no se la salta un gitano, lo cual por extensión me lleva a decir que un concejal que de manera casi permanente se abstiene en las votaciones, es una especie de florero de marchitas margaritas.

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