lunes, 15 de febrero de 2016

LA ESPAÑA DE LA TRANSICIÓN (3)

Con el paso del tiempo podremos contemplar en su verdadera magnitud lo que ha supuesto la corrupción en España desde aquel ya lejano 1.978. Soy de la opinión -  sujeta a error naturalmente - de que la veda fue levantada al poco tiempo de haber llegado al poder los socialistas en 1.982, por ese poeta frustrado y eterno Diputado, que fue Vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, cuando manifestó alto y claro aquello de "Montesquieu ha muerto" (les recuerdo que el bordelés abogó por la teoría de la separación de poderes entre los Legislativos, Judiciales y Ejecutivos). Frase premonitoria a la que habría que añadir otra reveladora de sus intenciones cuando manifestó que "la derecha ha estado chupando de España durante mucho tiempo. Ahora nos toca a nosotros".
Pues bien, la "muerte" del francés dio paso a que en el nombramiento de jueces el poder ejecutivo tuviera mucho que decir - y eso es válido tanto para el PSOE como para el PP -, que fueran creadas leyes permisivas, la figura del aforamiento mediante el cual solo pueden ser juzgados por delitos los políticos aforados por el Tribunal Supremo, aforados que en España son del orden de 10.000, en tanto que en Italia y Alemania solo existe uno, el Presidente y en Francia solamente los miembros del Gobierno. Pero es que hay más todavía. La prescripción de los delitos era de 10 años y el Presidente Aznar lo redujo a 5, circunstancia que dada la velocidad con la que se mueve la Justicia en España ponía prácticamente a salvo a los presuntos delincuentes. Pero por si acaso el Tribunal Supremo se daba prisa y el presunto culpable sentía el aliento del mismo en el cogote, el presunto puede paralizar el procedimiento "desaforándose" y hacer que pase su caso a un Tribunal ordinario, con lo cual hay que empezar la instrucción del caso desde el principio, lo que es tanto como decir que desde Adán y Eva. Así las cosas, los casos en que a alguien le pillaba el toro se pueden contar con los dedos de una oreja.
Diganme Uds. si la "muerte" del francés, el escandaloso número de aforados, la prescripción de los delitos, la aprobación de leyes permisivas a la vez que opacas, el nombramiento de jueces a medida, la tremenda lentitud y parcialidad con la que se mueve la Justicia en España, no son partes de un plan diseñado para esquilmar los caudales del Estado por medio de una clase dirigente política corrupta hasta los tuétanos.
Si a todo ello se añade que los organismos diseñados como órganos de control miran para otro lado llevados de la mano del Ejecutivo, como por ejemplo el Banco de España que ni ve venir la crisis económica mundial que se desata en el 2.007 disponiendo de un potente Departamento de Estudios, que ni se entera de la bancarrota de las Cajas de Ahorro ni de Bankia, de un Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), formado por mayoría de miembros afines al partido proclive a la reapertura de la central nuclear de Garoña, un Tribunal Constitucional compuesto por jueces a medida de cada uno de los partidos que han ido alternándose en el poder, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que no se entera de la fiesta y permite que un banco en bancarrota salga a cotizar en Bolsa.... Es que es una tras otra y como parte visible del iceberg (una visible y nueve bajo la superficie), tenemos 1.900 políticos imputados (que ahora para quitar hierro al asunto son eufemísticamente denominados, "investigados"), 170 condenados, 130 causas abiertas....1.900 políticos, decía, que representan una fauna de diverso pelaje. Ex (Vicepresidentes, Diputados, Senadores, Presidentes de Diputaciones, Alcaldes, Concejales, Presidentes Autonómicos, Infanta de España, Condes, etc. etc.).
En resumen por esta entrega, si a lo antedicho se añade que el sistema político descrito está además en manos de las oligarquías económicas y financieras, tendrán que convenir conmigo en que negros, negrísimos nubarrones se ciernen sobre el futuro de este país. 











































































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