martes, 7 de marzo de 2017

EL SISTEMA HELIOCÉNTRICO (Entrega 1ª)

Ahora que se cumplen aproximadamente 500 años de que el polaco Copérnico publicara "sotto voce" su teoría heliocéntrica, pienso que merece la pena recordar, siquiera de manera somera, a través de qué largo proceso se llegó al conocimiento de que la Tierra no era el centro del sistema solar y mucho menos del Universo.
De esta forma, además, perdemos de vista durante un rato a esa caterva de políticos incapaces, corruptos y desvergonzados a los que los intereses de la ciudadanía se la trae floja. 
Copérnico (1.473 - 1.543) fue un astrónomo polaco que perteneció a ese movimiento llamado Renacimiento, que tuvo lugar entre los siglos XV y XVI y que dio fin a los 1.000 años de oscuridad que se produjeron en el terreno de la ciencia y la cultura, período que se inició tras la caída del Imperio Romano en el siglo V. Ese movimiento, al que tanto debe la humanidad, tuvo su origen en Italia desde donde se extendió posteriormente al resto de Europa. 
Pitágoras, (siglo V aC), el del famoso teorema que tiene ya en uso la friolera de 2.500 años aprox., ya se preocupó de este tema pero no parece que  pasó de la intuición - supongo que apoyada por algunas observaciones - de si era el Sol el que giraba alrededor de la Tierra o viceversa. El griego Aristarco  ( 310- 230 aC), nacido en Samos, de ahí su nombre completo de Aristarco de Samos, fue mucho más lejos que Pitágoras en este campo, hasta el punto que se cree que fue la primera persona de la que se tenga noticia, que elaboró toda una teoría en la que el Sol era el centro de un sistema en el que unos astros, los planetas, incluida naturalmente la Tierra, giraban a su alrededor. Es decir, Helios que es el nombre griego del Sol, era el centro del sistema, de ahí viene lo de Heliocéntrico. No se ha encontrado documentación que avale esta cuestión ya que estamos hablando de algo que ocurrió hace ya casi 2.300 años y en aquellos tiempos las bibliotecas no abundaban y las que existían, como la de Alejandría - la más importante del mundo en aquel entonces -, fue saqueada en el año 415 dC. por las hordas de monjes cristianos tras dar muerte a Hipatia, matemática y astrónoma egipcia. A partir de esa fecha entró en declive hasta su completa desaparición por invasiones árabes en el año 600 y pico.
Volviendo con los planetas, astros denominados así, porque es una   palabra de origen griego cuyo significado es "astro errante", fueron desde siempre motivo de preocupación para los astrónomos de aquel entonces, porque no entendían su extraño comportamiento ya que sus apariciones no eran regulares y cuando lo hacían se comportaban de manera extraña porque sus movimientos diferían de los de las estrellas ya que aparentemente estas se encuentran siempre en la misma posición en el firmamento, cosa por otra parte inexacta porque las estrellas se mueven y mucho, lo que ocurre es que están a una distancia tan grande que no parece que lo hacen. Baste un ejemplo para ello. La estrella Barnard, muy cercana, y que dista de nosotros 5,98 años luz (recordemos que un año luz es la distancia que recorre la luz en un año y equivale a 9,46 billones de km.) y por tanto, esa estrella está a 338.000.000.000.000 km. de nosotros, es la que percibimos que más se mueve y lo hace 10,3 segundos de arco por año, de modo que en 180 años varía su posición en el cielo medio grado, que es el tamaño con el que vemos a la Luna.
Aristarco ya tuvo en cuenta que los planetas - sujetos, dependientes del Sol alrededor del que giraban - no tenían nada que ver con las estrellas. Que eran otra cosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario