Los políticos del
PNV demuestran una vez mas su
capacidad para estar a la vez a
pelo y a pluma. Colocan
un ojo en el dramático problema originado por
el corona
virus y las tremendas consecuencias que producirá y el otro
en las
próximas elecciones autonómicas sin que parezca
que lo hacen. A este respecto para no perder
comba siguen
marcando diferencias con todo lo que venga de Madrid, por
ejemplo con respecto a la ayuda que con fines sanitarios
está efectuando
el
Ejercito en el resto de España.
Primero dijeron que su presencia entre nosotros sería un
155 encubierto, después que no hacían falta, para acabar
dando "permiso", haciéndoles un favor, para su actuación en
el
aeropuerto de Loiu cuyo titular es AENA que es propiedad
del Estado. Su actitud en este asunto se
me antoja
lamentable por su cortedad de miras, consecuencia directa
de que en sus ensoñaciones independentistas se creen una
nación
elegida ajena a todo lo que les rodea. Su guante de
terciopelo, su
pragmatismo como ellos lo llaman, no
consigue con actuaciones como estas camuflar esas ansias
que saben irrealizables, pero como no
pueden defraudar a
sus fieles que son los que les mantienen en el
poder, que es
de lo que se trata, siguen haciendo este tipo de
manifestaciones populistas, trasnochadas, ridículas,
insolidarias y
por ello infumables.
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