jueves, 26 de marzo de 2020

EUROPA S.A.

Existen numerosos ejemplos que vienen a confirmar que la Unión Europea, en el más amplio sentido que se pueda dar a la palabra unión, no pasa de ser como un sueño en una noche de verano. Lo único - y solo en ocasiones - que parece unirnos son los temas puramente económicos, pero en otras cuestiones importantes, como lo es la crisis del famoso virus que nos aqueja, cada país actúa de manera individual, como antes de la creación de la Unión.
Han sido incapaces los mandatarios europeos de diseñar y poner en marcha un plan conjunto para hacer frente a la crisis e incluso ni se han puesto de acuerdo para presentar unas estadísticas homogéneas que habrían sido un valioso instrumento para actuar contra el virus. Así, Alemania - la seria, organizada, eficaz, disciplinada - está dando unas estadísticas que no se las creen ni ellos. Francia la segunda potencia europea continental, más de lo mismo, produciendo estadísticas que son auténticas licencias poéticas, porque por ejemplo el que no apararezcan en su listado de defunciones aquellas personas que han fallecido victimas del virus fuera de los hospitales. Y si eso ocurre en países que los tenemos como la quintaesencia de la eficacia organizativa ¿que no estará ocurriendo en el resto de Europa?.
Esa forma de actuar en la que cada país hace de su capa un sayo en situaciones de la gravedad de lo que nos ocupa, confirma lo que decíamos al principio. Esta Unión no es lo que parece y quieren hacernos creer. Es otra cosa. Es lo que alguien denominó con mucho tino, "la Europa de los mercaderes".

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