Lo que son, una vez más, las cosas de la artera política. El PP se ha desgañitado pidiendo al PSOE una gran coalición para gobernar - ellos, claro, porque habían ganado las elecciones - España, ya que de esta forma los socialistas darían muestras de su responsabilidad y sentido de Estado. Ahora que parece más que cantada la abstención de lo que queda de ese maltrecho partido en otrora socialista, el PP oliendo la sangre que manan las heridas de aquellos, a lo mejor entendiendo que unas nuevas elecciones mejorarían su actual número de escaños y de que tienen una oportunidad de oro para rematar la faena toda vez que unas nuevas elecciones en diciembre llevarían al PSOE a la catástrofe en materia de resultados, a lo mejor decía, rechazan con argumentos - falaces, por supuesto - la investidura, alegando que las condiciones que exige el PSOE para abstenerse no le garantizarían la gobernabilidad del país de una manera eficaz.
Con lo cual, la contradicción, la mentira, una vez más se enseñorarian de esa política rastrera que nos ha tocado vivir.
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