Lo decía Antonio Machado muerto en el exilio huyendo de la barbarie franquista, "en España de cada 10 cabezas, 9 embisten y una piensa". Esa sentencia cobra ahora en vísperas de la elecciones generales del próximo día 10 plena vigencia si los vaticinios de las encuestan electorales se cumplen finalmente sobre todo en lo concerniente al resultado que alcanzaría ese partido que viene a recoger el voto de los nostálgicos del franquismo, ese partido de reciente cuño cuyo miembros, tras 40 años de una férrea dictadura y otros 40 de una pseudo democracia, no han sido capaces de alterar un ápice su discurso ni tan siquiera de limar sus aristas ultra montanas, hasta el punto de que en cualquier momento de calentón volverán a repetir el grito de otro general golpista, por más señas tuerto, el "muera la inteligencia".
Pobre país el nuestro. Su destino viene a ser como el de la crisis climática en el sentido de que a ninguno de ellos hay por donde cogerlo. No era el gallego Fraga personaje de mi predilección pero al César lo que es del César. Tenía razón cuando manifestaba que España era diferente y por mucha imaginación que tuviera nunca habría imaginado hasta que punto sus palabras fueran tan certeras.
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