martes, 22 de febrero de 2022

A MAL CRISTO...

Cuando un mal pintor realiza un lienzo pintando a Cristo, lo llena de sangre para tapar su falta de calidad. De ahí viene el dicho, "a mal Cristo, mucha sangre".

Pues tal como yo lo veo resulta que la Presidenta de la Comunidad de Madrid  (¿qué habrá hecho esta pobre Comunidad para merecer lo que le está pasando con sus dirigentes desde que PP está al frente de los destinos políticos de la misma?) ha puesto - sin duda con la inestimable ayuda de sus mentores - esta máxima de llenar de sangre el escenario de su gestión en un intento de ocultar las operaciones que ha realizado esa Comunidad con miembros de su "famiglia" desde su asunción al poder. 

Veamos. Dentro del círculo de la institución que dirige circula un rumor insistente que dice "no son cremas. Son aviones". Lo más probable es que el rumor sea una exageración, pero lo que es cierto y comprobable es que la sociedad mercantil de la que su madre es participe ha recibido más de un millón de euros de pedidos de la Comunidad a través de 25 contratos desde que su hija, Isabel, es Presidenta de la Comunidad que nos ocupa. 

Item más. Su hermano el que ahora no sale de los papeles por los famosos 55.850 € recibidos en concepto de"gestiones" de la empresa que vendió 250.000 mascarillas chinas (que todo apunta a que no estaban homologadas por las autoridades sanitarias europeas) ha recibido además en la empresa que regenta 18 contratos públicos de esa Comunidad. 

Todos esos contratos fueron adjudicados a dedo por el procedimiento de urgencia lo que era en una época legal dada la necesaria velocidad con la que había que acopiar material sanitario, pero pasada esa fase se siguieron adjudicando contratos por ese procedimiento, a puro dedo, insisto, lo que ya no era legal. 

No es necesario entrar en disquisiciones sobre si son fueron correctos por calidad, precio y plazo de suministro porque en esas cuestiones debe entrar el Fiscal de Anticorrupción al que han activado varias denuncias al efecto.

Pero lo que no es de recibo es la falta de ética de esa decisión de pasar pedidos a miembros de su familia. Eso no tiene un pase. Eso debería bastar para apearla de su cargo porque su actuación es de una inmoralidad manifiesta. Si no ella, sus mentores, sin duda más ilustrados deberían saber de carrerilla que "la mujer del Cesar además de ser virtuosa debe aparentarlo", que no es ni de lejos el caso. 

Pues ahora el asunto en manos del Fiscal Anticorrupción veremos que nos depara.

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