"Vivo en un país en el que los derechos de los trabajadores se mejoran por error". Esta frase debida a un autor anónimo, refleja mejor que sesudos estudios sociológicos la realidad en la que España está inmersa, cabe decir, que desde siempre. Una España cainita y envidiosa permanentemente empeñada en dispararse al pie. Y para muestra, por si no hubiera ya suficientes, tenemos el último esperpéntico episodio acaecido en la sesión del Congreso de los Diputados el 3 de febrero durante la votación de la Ley de Reforma Laboral.
La estrechez de la votación aprobada gracias al error de un despistado diputado del PP (por lo menos de momento hasta ver si prosperan las reclamaciones interpuestas por el PP ante no se que estamentos) cuando la suma de diputados de los partidos que se sumaron a la nominación del PSOE al frente del Gobierno suman 24 escaños que se decantaron por el NO ( 13 ERC, 6 PNV, 5 EH Bildu), clama al cielo. Que el PNV vote NO tiene en el fondo un pase toda vez que no olvidemos que es un partido de ideología derechista, pero que los paladines de las "clases oprimidas", los campeones de la causa obrera como son los nacionalistas de ERC y EH Bildu voten NO por causa de opciones políticas cortoplacistas, ciscándose en la defensa de no menos de 8 millones de trabajadores, es para no olvidarlo por mucho tiempo que pase. Yo por lo menos no pienso hacerlo, es poco, pero es algo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario