LAS
FERRERÍAS
Hablando
de la minería en Bizkaia parece de obligado cumplimiento citar el
tema del desarrollo de la ferrerías o ferrones en el territorio y
así como acerca de la presencia de hierro en la sierra de Triano
como antes indicábamos, si bien sobre las ferrerías existen más
datos arqueológicos que escritos. Lo que si parece claro es
que entre los siglos I y IV dC, ya se estaba transformando el hierro
cerca del pantano de Oiala en Ortuella y en Forua. Hasta este momento
se han catalogado más de 100 ferrerías de monte, ferrerías que
según la definición del equipo de investigadores del Museo Minero
del País Vasco se ajusta al siguiente texto
“La
ferrería de monte es una instalación preindustrial capaz de
transformar el hierro extraído de la naturaleza en metal apto para
la forja de aperos, armas y otros objetos. Consiste en un taller al
aire libre con uno o más hornos de reducción en cuyos procesos
productivos intervienen directamente la fuerza humana. El apelativo
“de monte” se refiere al entorno montañoso y generalmente
aislado en el que se ubican, bien en las laderas, collados o valles.”
El
proceso que se seguía, siempre según la misma fuente, en este tipo
de ferrerías denominada en euskera “haizeola”, era el siguiente:
-
Se localizaban en lugares próximos a lugares en los que el mineral,
la madera suficiente para hacer carbón con la misma, agua abundante
y viento, estuvieran presentes.
-
El mineral empleado era el hematite rojo blando, Fe2O3, el llamado
popularmente vena, abundante por aquel entonces por estos lares.
-
Para cada kilo de hierro obtenido era preciso emplear 100 kg. de
madera transformada en carbón.
-
El mineral era lavado previamente para eliminar (de ahí la necesidad
de disponer de agua abundante) la ganga a el adherida y así
facilitar su fusión.
-
Los hornos eran construidos con piedra arenisca, fácil de labrar,
que se cargaban por la parte superior de los mismos con capas
alternativas de carbón vegetal y mineral. La combustión de este,
activada por el viento reinante, hacia que el mineral alcanzara
temperaturas del orden de 1.200º C, temperatura suficiente para la
escoria adquiriera la viscosidad necesaria para que fluyera y que el
mineral se transformara en OFe.
-
Una vez obtenida la torta de hierro, era transportada a los talleres
situados en las cercanías para forjar el hierro en forma de aperos y
armas principalmente.
Este
tipo de ferrerías fue sustituido paulatinamente (la innovación ya
se empleaba entonces) por las hidráulicas, en los que la fuerza
humana era sustituida por la que se generaba con el agua, la fuerza
hidráulica en una palabra, tanto para accionar los fuelles que
activaban la combustión del carbón, como para mover los mazos o
martinetes con los que se forjaban las piezas. Por esa razón estaban
localizadas bien en las orillas de los ríos o próximos a ellos,
haciendo llegar en este caso el agua a las instalaciones a través
de, en ocasiones, complejos sistemas de canales, embalses y presas.
En
el País Vasco, en Gipuzkoa y concretamente en Legazpia, fue
localizada una ferrería de este tipo llamada Gibeola, que fue
construida alrededor del 1.300. En Bizkaia fueron descubiertas por el
equipo de investigación del Museo Minero, en Galdakao, los restos de
5 ferrerías que han sido datados como del siglo XV, época esta en
la que empiezan a parecer las primeras referencias escritas de este
tipo de instalaciones. En Austria se encuentra la instalación de
este tipo más vieja encontrada en el continente. Data de 1.135.
Una
muestra de este tipo de instalaciones es la ferrería del Pobal,
situada a pie de la carretera que une Muskiz con Sopuerta y a unos
tres km. de la primera. Sería imperdonable perderse una visita a
esta joya de nuestro pasado.
Finalmente, de la misma forma que las ferrerías de aire fueron
superadas por las hidráulicas, estas fueron sustituidas en una nueva
carrera innovadora, por los altos hornos.
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