viernes, 26 de diciembre de 2014

Entrega 6ª. La minería bizkaina.

INFRAESTRUCTURAS

Pues, planos inclinados, transportadores aéreos de baldes, líneas de ferrocarril, cargaderos en la margen izquierda de la ría y el de mar en Pobeña , único de estas características en la costa bizkaina, instalaciones de lavado, tolvas de almacenamiento, hornos de calcinación donde se mejoraba la ley de los carbonatos y aunque no pertenecieran al territorio bizkaino, no se debe silenciar, toda vez que fueron promocionados por capital bizkaino, los cargaderos de costa de Ontón, Saltacaballo, Dícido, Castro y Orinón.

 PLANOS INCLINADOS

Los planos inclinados  eran vías situadas en zonas de grandes pendientes por los que se hacían, aprovechando parcialmente la ley de la gravedad, circular las vagonetas que en descenso iban cargadas de mineral y en retorno vacías, contrapesando parcialmente las que bajaban. Eran de dos tipos, los llamados de cadena flotante y los de cable, que fue el más empleado dado que se adaptaban mejor a los trazados curvos y su construcción y mantenimiento resultaban más económicos.

INSTALACIONES DE LAVADO

El mineral era arrancado de su yacimiento bien con dinamita y martillos neumáticos, que se utilizaban también para trocearlo, si bien en los primeros tiempos esta última operación se hacía a picachón. El vena, el campanil y el rubio eran embarcados directamente como antes ha quedado dicho y los menudos de este último que estaban mezclados con arcilla y que se denominaban chirtas, eran lavados para ser utilizadas en los hornos altos.
Como anteriormente hemos apuntado, esta operación de lavado consistía en hacer circular el mineral por el interior de un tambor, llamado trommel probablemente como deformación de la palabra alemana que se emplea para designar este tipo de aparatos.
En esos tambores en los que el mineral se cargaba por la parte inferior y que se montaban inclinados, se localizaba en su interior una espiral mediante la cual el mineral ascendía en contra corriente con el agua que se introducía por la boca superior del tambor que es por la que salía finalmente el mineral lavado.

El mineral así lavado era depositado, en su mejor versión, en cintas transportadoras donde generalmente las mujeres, a las que se denominaba “chirteras”, seleccionaban el mineral eliminando los menudos. Las aguas procedentes del lavado se arrojaban directamente a los ríos o bien al mar y más adelante comenzaron a ser depositadas en balsas de decantación, formando grandes superficies planas, de la que quedan todavía buenas muestras, por ejemplo, en las proximidades del campo de golf de La Arboleda, a la salida del túnel de Malmasin en dirección a Bilbao, donde se ubicaban los campos de fútbol de La Peña llamados Illumbe y Montefuerte, la marisma de Pobeña y tantos otros menos señalados.

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