miércoles, 22 de julio de 2015



FUKUSHIMA OTRA VEZ 

Han transcurrido ya más de cuatro años desde que se produjera el accidente nuclear más grave de la historia después del de Chernobil. A resultas del mismo, entre 120 y 170.000 personas - según distintas fuentes - fueron desplazadas de sus centros de trabajo y vivienda. Los daños materiales que tal catástrofe ocasionaron fueron evaluados por el Banco Mundial en 166.000 millones de euros y un año después no quedaba en servicio ninguno de los 48 reactores  nucleares en Japón, que fueron sometidos a un "test de estres". El Partido Demócrata entonces al frente del gobierno, fijó como objetivo, abandonar totalmente la producción de energía procedente de las plantas nucleares para el 2.030. Pero en abril del 2.012 un partido distinto, el PLD -sostenido por un potente lobby nuclear - se hace con el poder y su primer ministro SHINZO ABE, declarado entusiasta de ese tipo de energía, da un giro de 180º a esa decisión y monta una estrategia para vender la moto haciendo creer que la vuelta de los desplazados (a la fuerza) a sus hogares y puestos de trabajo seria una señal irrefutable de que las aguas habían vuelto a su cauce o sea a la normalidad, señal inequívoca  que el tema estaba dominado y que en consecuencia se podía darle la vuelta a la política energética de su antecesor de tal forma que la nuclear volviera a convertirse en la "energía base", de modo que junto con las medidas de ahorro energético y las renovables, se verían cubiertas todas las necesidades del país. Matiza el primer ministro esa nueva política con los lugares comunes de siempre, tales como "los reactores nucleares que volverán a entrar en funcionamiento lo harán bajo estrictas (palabra talismán) medidas de seguridad", "la producción de ese tipo de energía será la mínima (palabra etérea donde las haya) posible".
Para demostrar lo eficaz de su idea y paliar el efecto negativo que tal política podría provocar en la población, el gobierno japonés ha contratado a miles de trabajadores (a costa del contribuyente), para la limpieza de casas y los terrenos circundantes a ellas, en un intento de como decíamos más arriba, de hacer creer a los damnificados que todo está en orden, cuando eso estará lejos de la realidad ya que finalizada esa operación la intensidad de la radiación residual hará inhabitable la zona desbastada. Esas personas desplazadas están recibiendo hasta el 2.016 una ayuda (tuvieron que abandonar sus lugares de origen con lo puesto), de 700 € /mes, cifra que aquí puede parecer algo y que en Japón, país muy caro, es más bien poco. 
Es poco probable por otra parte que el primer ministro japonés ABE lea estas líneas, pero por si acaso, le brindo una idea que sería una especie prueba del nueve para todas las personas afectadas y que consistiría en que la sede del gobierno se trasladara a Fukushima, que total solo está a menos de 300 km. de su actual sede. A partir de ahí las personas desplazadas empezarían a pensar que el primer ministro a lo mejor tenía razón. En caso contrario va a tener muy dificil convencerlos de que todo está en orden.
Si a esa vuelta del burro a la era en lo que se refiere a política energética, se suma la aceleración del programa armamentístico en que se ha embarcado, (pese a ser en estos momentos el 5º presupuesto del mundo en ese renglón), por la amenaza potencial (sic) que suponen China y Corea del Norte, tendremos una idea muy clara de cuales son los lobbys que en este momento cortan el bacalao en el viejo imperio nipón.
Como en estas cosas de la energía nuclear está más que claro, cristalino, que los que de verdad mandan en este mundo siguen con la política de, después de nosotros el diluvio, que nos quiten lo bailado y dentro de 100 años todos los que ahora estamos sobre él, calaveras, el qué hacer con las 300 m3. de agua diarias que la empresa propietaria de la central de Fukushima está utilizando para enfriar los reactores o donde y como guardar los miles de toneladas de tierra radiactiva procedentes de las labores, incompleta a todas luces, de limpieza que se está haciendo en el terreno dentro de los 30 km. de radio alrededor de la central, pues no dejan de ser detalles nimios, intrascendentes. Y no digamos de la infamante decisión de enviar a vivir, "manu militari", a 120.000 personas a un territorio con unos valores de radio actividad inasumibles.
Como conclusión a este y a otras cuestiones de distinta índole, pero igualmente graves, cabe concluir en que el mundo que dejaremos a las generaciones que nos precedan, no parece que sea un lugar muy apetecible. Por eso si, todos esos hijos del oficio más viejo del mundo, se habrán llevado sus pingues beneficios a La Chacarita, que es el cementerio más popular de Buenos Aires ( R.Argentina)

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