miércoles, 1 de julio de 2015

EL TEST DEL SAPO

La prueba de aptitud para ingresar en política y más para hacer carrera en la misma, no es un test de capacidad al uso para ocupar puestos de responsabilidad, ya que entonces habría que echar de la misma a la ingente cantidad de analfabetos funcionales que la pueblan. No. La prueba consiste en desayunar un sapo vivo tragándoselo a palo seco. De modo y manera que todos los políticos que polulan por nuestra atormentada geografía han pasado por ese examen de ingreso. Y como el PSE-EE (Partido Socialista de Euskadi - Euskadiko Ezkerra) no es una excepción de la regla, pues la prueba /sapo han tenido que pasarla y en este caso con nota alta, hasta el punto de rozar el sobresaliente.
La razón de tal calificación se encuentra en la capacidad que sus dirigentes actuales (las bases no pintan nada, como en todos los partidos) en olvidar las continuas afrentas que sufrió por parte del PNV durante los tres años y medio en los que el Patxi López fue lehendakari, especialmente por parte de ese especialista en descalificaciones a base de exabruptos como es el saliente Diputado General al que - de ahí los sapos que han tenido que tragarse - en aras de ese darse el pico entre los dos partidos citados, le han votado contra natura para ocupar la Presidencia del Tribunal Vasco de Cuentas. Ese partido que sigue titulándose socialista, perdió el compás magnético allá por el 1.978 y desde entonces navega desnortado, con un rumbo absolutamente errático, pero eso si, con una  consigna. Ocupar un lugar en el poder o a la sombra del mismo

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