RESUMEN DE LA FARSA GRIEGA

En el mundo de la banca se recurre - entre otros muchos - a un truco que consiste en lo siguiente : Si un deudor importante no puede hacer frente al pago de los intereses o de un vencimiento del crédito que tiene concedido, aunque se sepa que las posibilidades de devolverlo son remotas, pues se le concede uno nuevo con el que pagará los intereses o vencimientos no atendidos. Por supuesto en toda esta operación el deudor no toca un billete ya que todo se hace sobre un documento. Con esa maniobra, el banco, que de otra forma debería echar a pérdidas el importe total del crédito principal, mantiene la ficción de que su cliente goza de una buena salud financiera y que la vida sigue imperturbable. Vamos, lo que se dice una huida hacia adelante en toda regla, inspirado en este caso griego, principalmente por la gran banca europea, que es la que tiene puestos los huevos en esa cesta.
El Fondo Monetario Internacional, esa entidad que está en las antípodas de la filosofía que anima a las ONG, ha manifestado por boca de su Presidenta con la tinta aún fresca del último acuerdo con los griegos, que dada la imposibilidad manifiesta de que Grecia pueda hacer frente a los compromisos adquiridos acerca del pago de  su deuda que " es preciso conceder a ese país una moratoria (lease plazo de gracia) de 30 años, amén de una ampliación importante en los plazos de vencimiento", declaraciones que han sentado a las autoridades europeas como una patada en el cielo del paladar.
Item más. El Ministro francés de Finanzas ha manifestado, también después del citado pacto, que "la carga de la deuda es insostenible, por lo que es necesaria una prolongación de los plazos de reembolso". (Ministro que por cierto pese a se francés no se ha descornado en defender esa postura durante el proceso de negociación).
Ambas opiniones han merecido una dura respuesta de las autoridades europeas en línea con aquella manifestación que se atribuye a Luis XIV el llamado Rey Sol, que cuando alguien osaba decirle "Sire, se contradice", el manifestaba "¿que me contradigo?. Pues bien, me contradigo". Por un claro principio de autoridad mal entendida, es necesario -piensan - mantenerse en el error, dejando que el crack del país se produzca cuando ellos sean un vago recuerdo del pasado. O sea, después de mi el diluvio. Si además de todo ello se salva la cuenta de resultados de los que mandan, pues miel sobre hojuelas.
Como segunda derivada de esa política se encuentra el nada despreciable aviso al resto de los PIG'S, aviso que deben interpretar en clave de "mirar que duros somos con la gente como vosotros, so golfos. Así que ojo".
Ni que decir tiene que la orquestación de esta representación -porque eso ha sido en definitiva toda esta negociación - ha sido llevada con maestra batuta, por esa reencarnación de la que fue denominada "lady iron" Margaret Thatcher, la Canciller Frau Merkel, cuyos buenos oficios a buen seguro tendrán una adecuada respuesta.