viernes, 22 de abril de 2022

EL RETORNO AL FEUDALISMO

Antes de su caída al infierno de las empresas fracasadas, Andersen era junto a las otras cuatro empresas de la competencia la flor y nata del mundo de las entidades dedicadas a la Consultoría, Auditoria y Asesoramiento Fiscal y Legal.

Pero Andersen cayó arrastrada por el que supuso ser el mayor escándalo financiero que había sacudido el mundo hasta el 2.002. Me refiero a la quiebra de ENRON, considerada como una de las mejores empresas de EEUU, gigante con pies de barro como se demostró, que en un alarde de la llamada ingeniería financiera falsificó sus balances con la aprobación del auditor de los mismos, Andersen, que ante el escándalo que produjo la quiebra de ENRON no tuvo más remedio que tirar la esponja como empresa, derivando en otra mucho más modesta llamada Accenture.

Los 5 lobitos (llamados coloquialmente "los carniceros") quedaron reducidos a un póquer de ases porque no es fácil encontrar otro calificativo que se ajuste mejor a sus logros empresariales ya que a Deloitte que encabeza el ranking de facturación anual con 46.200 millones de dólares y una plantilla de 260.000 empleados, le sigue PWC con 42.450 millones y 276.000 empleados, E&Y con 36.400 y 284.000, para cerrar con KPMG con 29.000 de facturación y 208.000 de sufridos trabajadores. Y digo sufridos porque si hay algún sector que estruje más a sus empleados es este, el que encabezan estos colosos. Tengo dos amigos y una conocida que en su día trabajaron en dos empresas de las citadas y cuentan y no paran. De ahí que el término de "carniceros" se haya popularizado entre los que navegan por esas aguas. 

Bien, pero por aquello de que todos queremos más resulta que ahora la Patronal de ese sector cuya Presidenta ejecutiva es la Sra. Elena Salgado que fue vice Presidenta de Asuntos Económicos con el Gobierno de Rodríguez Zapatero - por cierto en actitud muy alejada de lo que defendía en sus discursos políticos - pretende incluir en el Convenio del sector que la jornada laboral sea de 12 horas diarias de trabajo efectivo, lo que no deja de ser un fino eufemismo ya que de facto esas horas de trabajo - y más - ya se están haciendo actualmente, lo que demuestra claramente que lo que realmente busca la Patronal es legalizar, oficializar la situación actual que si ya es mala, de hecho se convertiría en nefasta ya que nos llevaría en una especie de túnel del tiempo a la época feudal, en la que vida, hacienda y tiempo de la ciudadanía eran patrimonio exclusivo de esa clase dominante. De seguir esta escalada en sus pretensiones no sería de extrañar que su próxima exigencia fuera la de incluir el derecho de pernada extendida a ambos sexos. 

Pero por aquello de que "todo lo que es malo tiende a empeorar", resulta que estos insaciables sujetos, ¡también quieren que los sábados sean incluidos en su propuesta de convenio como días laborales!. 

Esas infumables pretensiones de la Patronal, que se califican por si solas, nos lleva a la idea de que una vez más la sabiduría popular es certera en sus juicios cuando califican de carniceros a esta panda de impresentables sujetos y sujetas (para que Doña Elena no se quede fuera).



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